Es peligroso utilizar palabras malsonantes tales como sentenciada o finiquitada. La Vuelta 2008 está llamada a ser la ronda en la que Alberto Contador igualó los registros históricos de Anquetil, Gimondi, Merckx e Hinault y se convirtió en un grande al ganar las tres principales carreras ciclistas. Pero en este deporte, y solo hace falta consultar los viejos textos, reina la improvisación. ¿Y si Contador se cae? ¿Y si agarra una pájara en una disciplina donde ya casi nadie se atreve a hacer tonterías? El susto ¡tremendo susto! se lo llevó ayer el líder de la Vuelta de la forma más absurda; una caída tonta e inesperada tuvo como resultado unos buenos rasguños, un coulotte roto y el temor al dolor que siempre aparece cuando se enfrían las heridas.

Contador navega con el piloto automático hacia Madrid. Le da igual que la organización coloque trampas --ayer lució el espectáculo en el puerto de Somiedo ¡qué rampas! ¡qué miedo!-- y hasta bendice como buena parte del pelotón una escapada consentida para que llegue a Ponferrada con casi un cuarto de hora de ventaja. Una fuga que sirve para calmar los ánimos a Álvaro Pino, enojado porque a su jefe de filas, Ezequiel Mosquera, cuarto de la general, no le dieron relevos los Astana en la cumbre de San Isidro. Victoria en Ponferrada de un chico modesto, David García Dapena, del conjunto de Pino, del Xacobeo Galicia, que vive de las rentas de la Xunta después de que el exfutbolista Karpin los dejara plantados con la excusa de la crisis inmobiliaria.

UNA GRIETA Pero, de repente, en un instante de tranquilidad, aparece una grieta en la carretera. Y mira por donde a la rueda delantera de la bici de Contador no se le ocurre otra cosa que entrar en el agujero. El líder de la Vuelta por los suelos. Fue un susto, un sobresalto que sirve para callar a todos aquellos que dicen que "la Vuelta ya está sentenciada". Visita al coche del médico, vendajes de momia y a pensar que ha sido un incidente y que quedan 202 kilómetros menos para llegar al Paseo de la Castellana de Madrid.

Al menos el percance no quita la sonrisa del rostro de Contador, que cada día en el podio se viste con todos los maillots de la Vuelta (liderato, regularidad y combinada) a excepción de la montaña, donde con una segunda plaza por detrás de David Moncoutie no va situado tan lejos. Son días para reivindicar una plaza en el equipo del Mundial. "Mi deseo es correr en Varese". Paco Antequera, el seleccionador, todavía tiene alguna duda. Y también para comprobar que las calles de Ponferrada hierven de público en una Vuelta que cada vez tiene a más gente acreditada.

Así es porque Contador ya se ha convertido en el heredero. ¿De quién? Pues del titular de la frase del día: "Alberto es el mejor ciclista del momento". Así lo piensa Armstrong, que vuelve y en el equipo del líder de la Vuelta. ¡Qué miedo Contador! Que la suerte le acompañe.