Quien empezó sufriendo esta temporada, quien volvió a heredar una moto no tan competitiva como la Yamaha, que hizo un invierno prodigioso, o la Ducati, que ha acabado el Mundial siendo la moto a batir, quien se pasó la primera parte de la temporada filtreando con el podio y trabajando duro, como la hormiguita que luce en su casco, para mejorar su Honda y tenerla a punto para la segunda parte del campeonato (¡impecable!, siempre en el podio), ha vuelto a convertirse en el piloto más joven de la historia, no solo en ser campeón (2013, en sustitución del norteamericano Freddie Spencer), bicampeón y tricampeón (2014 y 2016, en sustitución del británico Mike Hailwood), sino que hoy, con otra exhibición, se ha proclamado en el tetracampeón más joven de la historia de MotoGP, con 24 y 268 días, en sustitución del propio Hailwood (25 años y 107 años).

Pero es que hoy, en Cheste (Valencia), ante 110.220 espectadores, Marc Márquez se ha convertido en el piloto más joven en 68 años de historia del Mundial en conquistar seis títulos mundiales (1 en 125cc, 1 en Moto2 y 4 en MotoGP) con 24 años y 268 días, un año más joven que lo hizo Rossi (1 de 125cc, 1 de 250cc, 1 de 500cc y 3 de MotoGP), en 2004, con 25 años y 244 años. De ahí que, con 14 años menos que el ‘Doctor’, todo el mundo considere que el ‘nen de Cervera’ está capacitado para superar los nueve títulos mundiales y sus 115 victorias. Tenía mucha razón quien diseñó, en 2010, la camiseta de celebración que se puso Marc cuando ganó su primer título mundial, de 125cc, en Cheste (Valencia), cuyo título era: “Comienza la leyenda”.

Márquez, que inició la carrera con seis victorias (Austin, Alemania, República Checa, República de San Marino, Aragón y Australia), las mismas que Andrea Dovizioso (Italia, Barcelona, Austria, Inglaterra, Japón y Malasia), decidió salir a tope y, pese a que Dani Pedrosa, su compañero en Repsol Honda, le complicó la entrada en la primera curva de derechas, fue capaz de mantener el mando. Hasta que llegó el francés Johann Zarco (Yamaha), que también arrancó muy agresivo y decidió, en la cuarta vuelta de las 30 de que constaba la carrera, tomar el mando del grupo, donde Dovi sufría por detrás de su compañero Jorge Lorenzo (Ducati), Pedrosa y el italiano Andrea Iannone (Suzuki), aspirantes todos a la tercera plaza del podio.

El susto

Cuando todo parecía sentenciado, faltan siete de las 30 vueltas de que constaba el GP, cuando todos intuían que Márquez dejaría ganar a Zarco, Lorenzo se resistía a ceder su cuarta plaza a Dovi, y Pedrosa quería ganar, Márquez se salió en una curva larga y volvió a ejercer de mago, produciendo otro milagro al evitar su caída nº 28 en este Mundial. Tremendo, Márquez volvió a salvar el accidente gracias a su rodilla izquierda, su codo izquierdo, su culo, enderezando la moto cuando, a falta de siete vueltas, yendo segundo y teniendo asegurado el título, levantó la Honda de un rodillazo, irse a la tierra, salvar la 28ª caída del año y volver en quinta posición. Y eso, una vuelta después, no supieron hacerlo, de ahí la grandeza del nen de Cervera, ni Jorge Lorenzo (Ducati), que se cayó, y el propio Dovizioso, que se salió del asfalto, entró en la arena y dobló la rodilla. Ahí, Márquez se proclamaba, por lo hecho en los 17 grandes premios anteriores, su cuarto título mundial de MotoGP en cinco años.

Y, al final, en la penúltima vuelta, para redondear la fiesta del equipo Repsol-Honda, Pedrosa superó al tremendo y agresivo Zarco (de nuevo la mejor Yamaha) y consiguió la segunda victoria de la temporada. Márquez, que aún tuvo un susto más en la primera curva de izquierdas del trazado valenciano, entró tercero, sumando su 12º podio en 18 carreras. Con celebración incluida, pues en la curva mítica de Valencia lanzó un dado que tenía trucado, claro, y, tras rodar por la arena, salió el 6, los títulos que atesora con solo 24 años.