Ahí estaba su hermano mayor, Marc, segundos antes de vestirse para acudir a la parrilla de MotoGP. Ahí estaba papá Julia y mamá Roser. Toda la familia esperó a Àlex Márquez en el 'corralito' deMotorland (Alcañiz, Aragón) donde, por fin, tras 32 carreras en la categoría intermedia tras proclamarse campeón del mundo de Moto3, ha podido saborear las mieles de la gloria con un brillante segundo puesto tras un intratable Sam Lowes, ya que el británico dominó el Gran Premio de Aragón desde que se apagó el semáforo hasta la bandera a cuadros.

CARRERA EN FILA

La carrera, que tuvo a Lowes como lider solitario y al pequeño de los Márquez como medalla de 'plata' hasta que su compañero de equipo, el italiano Franco Morbidelli, le asustó en la última vuelta aunque no pudo sobrepasarle, también vivió el duelo por el título o, de momento, el liderato. El francés Johan Zarco, octavo hoy, mantiene aún el liderato, con 202, un punto más que el catalán Àlex Rins, sexto, que se ha puesto ya a un solo punto del mejor, cuando aún restan cuatro carreras (Japón, Australia, Malasia y Valencia).

"La verdad es que llevaba ya muchas carreras soñando con este momento", comentó Àlex Márquez, a quien Marc rodeó el casco con sus dos manos para mostrarle el cariño y la alegría que tenía por su primer podio en Moto2. "Las últimas dos vueltas han sido una tortura porque el neumático trasero estaba ya muy mal, pero he podido resistir el empuje de Franco (Morbidelli) y conseguir el podio que se merecía el equipo, que ha confiado durante estos dos últimos años mucho en mi".