Hace seis años que aterrizó el Evora S y su nueva generación, el Lotus Evora 400, parece ser la panacea para la marca británica tras su éxito en el mercado americano, agotado hasta marzo. El concesionario CarsGallery de Barcelona puso a nuestra disposición una unidad de este deportivo encantador, tanto por fuera como por dentro, y es que la belleza se encuentra en el interior. O eso dicen.

El esperado lanzamiento del Evora 400 cumplió con las expectativas al mostrar un modelo evolucionado estéticamente y mecánicamente sin perder el ADN de la marca, la sencillez en cuanto a equipamiento. El tono naranja es, sin duda, el mejor reclamo a los ojos de los peatones, que se giraban a nuestro paso sin saber bien de dónde provenía ese sonido atrayente, como el de una RR. La parte frontal ha incrementado su deportividad con entradas de aire más grandes, líneas más marcadas y una zaga inconfundible gracias a su diseño y difusor.

Una vez en su interior unos asientos backets deportivos nos dan la bienvenida a un habitáculo austero y sin demasiados lujos. Eso sí, Lotus a aburguesado a este deportivo con detalles como el aire acondicionado o el navegador además de toques sofisticados como el tejido Alcantara. Este equipamiento obvio en otros deportivos no lo es tanto en los modelos de la marca de Norfolk (Reino Unido). Esto tiene una justificación entendible, el Lotus Evora 400 es un coche para conducir, disfrutar y escuchar, el confort es ‘prácticamente’ descartable.

Insertamos la llave y despertamos al bloque V6 de 400 caballos. Su sonido desboca nuestros sentidos, a flor de piel desde el primer contacto visual. Nos comentan que en el salpicadero hay dos botones que desactivan los controles en mayor o medida electrónicamente (Drive, Sport y Race) y un tercero que activa la melodía de su escape.

Hablar del Lotus Evora 400 en acción es hablar de su palanca de cambio, de la elasticidad del bloque y de la firmeza de su chasis, que ha sido reforzado y aligerado 42 kilos hasta los 1.400 kilos. Nos dirigimos a las curvas más cercanas para conocer sus capacidades dinámicas y lo primero que nos sorprende es la elasticidad de su motor, que da su máxima a las 3.500 revoluciones pero luego estira alegremente hasta las 6.000 rpm. El chasis parece creado única y exclusivamente para los puertos, ágil, directo y firme es como un kart enlazando virajes sin balanceos ni rebotes. Cabe destacar el cambio, o mejor dicho la palanca de cambios. Deportiva, dura, corta y directa, con un sonido metálico a cada cambio que te hace sentir como en un World Rally Car.

A la hora de devolverlo nos dimos cuenta que ni tan si quiera encendimos la radio. ¡Para qué! El Lotus Evora 400 es un coche especial que hace falta probar para saber si se quiere. Su aburguesamiento es palpable, con equipamiento inexistente en otros modelos, pero han conseguido mantener el aura austera con el único fin de transmitir la carretera a cada poro de la piel. Como viene siendo habitual la felicidad sobre ruedas no tiene un precio al alcance de cualquiera y el concesionario Cars Gallery vende esta unidad por 120.000 euros.