En los últimos meses, Mercedes-Benz está reordenando la nomenclatura de sus modelos y ahora le llega el turno al SLK, que desde ya pasa a denominarse SLC. Se trata del descapotable más pequeño del fabricante alemán, que también incluye a los Clase E Cabriolet, Clase S Cabriolet y SL.

El nuevo SLC no es otra cosa que una nueva puesta al día de la segunda generación del SLK, que apareció el 2004 y fue actualizada ya en el 2008 y el 2011, en este último caso más profundamente. Está disponible en España desde poco más de 45.000 euros.

Inicialmente se puede elegir entre dos variantes de gasolina, SLC 200 (184 CV) y AMG SLC 43 (367 CV) y una diésel, SLC 250d (204 CV). Las tres llevan cambio automático 9G-Tronic, aunque la de menor potencia también está en venta con cambio manual. La firma de Stuttgart incrementará las opciones posteriormente con SLC 180 (156 CV) y SLC 300 (245 CV), ambos con motor gasolina.

Mercedes ofrece el Dynamic Select, un dispositivo que permite seleccionar cinco modos de conducción --Comfort, Sport, Sport+, Eco e Individual-- que varían la respuesta del motor, dirección, suspensión y transmisión. A ello se une, en el SLC 300 y AMG SLC 43, el sistema de escape deportivo, cuyo nivel de sonido cambia en función del programa elegido.

El techo duro retráctil se puede accionar en marcha, hasta a 40 km/h. Incluye, como novedad, una función capaz de saber si el elemento separador del maletero está en la posición de "maletero vacío" o "maletero lleno", de forma que únicamente permite guardar la capota en su compartimento si se da el primer caso.

El habitáculo del SLC presenta ligeros cambios con respecto al del SLK en diseño, acabado y sistemas multimedia. El equipamiento es excelso e incluye novedades como el cambio automático de luces largas y cortas, faros de led o el Collisions Prevention Assist Plus, un conjunto de dispositivos de seguridad compuesto por frenada de emergencia, aviso de cambio involuntario de carril y detección de tráfico cruzado posterior.