El Yamaha TMax fue una de las grandes novedades en la última edición del Salón EICMA de Milán. Y en los 15 días que lleva en el mercado, la piedra filosofal de la firma japonesa lleva ya vendidas 230.000 unidades.

Desde su aparición en el año 2001, marcó un hito en el segmento de los maxiescúteres. Yamaha se ha encargado de ir alimentando un modelo que se ha convertido en icono de prestaciones y también de estatus. Parecía difícil mejorar la anterior generación, pero los ingenieros de la empresa de los diapasones se han empleado a fondo con el objetivo de ofrecer el mejor TMax.

Como no podía ser de otra manera, ahora presenta una estética renovada que abandona la inspiración en la deportiva R1 para seguir su propio camino con unas líneas redondeadas. Cuenta con iluminación led, luz diurna y detalles como que los intermitentes traseros salen del portamatrículas, es decir, ya no están integrados en la carrocería. No obstante, las verdaderas novedades apenas se ven, como el control de tracción y la admisión variable del motor que le permite ofrecer un funcionamiento refinado.

Ahora, bajo el asiento hay espacio para guardar dos cascos abiertos o tipo jet y dentro del equipamiento destaca el arranque sin llave, bloqueo del caballete central para una mayor seguridad y nuevo cuadro de instrumentos.

tres versiones

El TMax está disponible en tres niveles de acabado: estándar, SX y DX. El segundo aporta modos de conducción y colores específicos como son el plata y negro, mientras que el DX es el mejor equipado y cuenta con puños y asiento con calefacción, control de velocidad crucero, cúpula eléctrica y está disponible en negro mate y azul satinado.

Los precios lo siguen situando como un escúter exclusivo ya que parten de los 12.299 euros, pasando por los 13.100 del SX y hasta los 14.199 euros del DX.