Desde que Land Rover pasara, junto a Jaguar, a manos de Tata, la marca británica no ha parado de crecer. Con el Evoque quiso dar la estocada a un segmento tan complicado como el de los SUV, ofreciendo unos argumentos de mucho peso: diseño, tecnología, prestaciones y precio, con la innovación por bandera.

El Evoque está disponible con carrocería cupé (3 puertas) y de 5 puertas, con 4 o 5 plazas, además de una versión descapotable. Las líneas son muy suaves, sin ángulos marcados, con un centro de gravedad más bajo, lo que le otorga mayor agilidad en la conducción. La dirección es eléctrica y varía en función de la velocidad.

Toda la suma de alta tecnología desarrollada en el diseño se traslada a los elementos mecánicos. Así, dispone de la tercera generación de amortiguadores magnéticos Magneride (ofrecen deportividad sin perder el confort), el sistema Terrain Response que actúa sobre los ajustes del motor, el cambio (manual o automático y secuencial con levas tras el volante), la suspensión y la dirección, interactuando con la tracción 4x4 y 4x2. También ofrece control dinámico de estabilidad, control electrónico de tracción, control antivuelco con sensores giroscópicos, control de descenso y Hill Hold para ascensos.

El Evoque está disponible con cuatro motores, tres de ellos son diésel, dos de 150 CV y uno de 180 CV , y otro de gasolina de 240 CV. La creación del Evoque se caracteriza por la premisa de buscar la máxima reducción de peso y, por tanto, un beneficio en reducción de emisiones y consumo. Se han empleado gran cantidad de materiales reciclados para fabricar los paneles plásticos del techo y pasos de rueda, y de aluminio en el capó, techo, portón trasero y panel de instrumentos.

Land Rover aventuró que sería el SUV del futuro. Ahora, con cuatro años de vida y dos actualizaciones, el Evoque se ha convertido en un gran éxito de ventas, y todo desde 35.100 euros.