El fabricante sueco de automóviles Volvo, propiedad de la firma china Geely, anunció este miércoles el traslado a China de la producción de su modelo alto de gama S90.

El S90 se producirá exclusivamente en la planta de Daqing (provincia de Heilongjiang, norte) y dejará de fabricarse en Europa, indicó Volvo en un comunicado.

La compañía indicó también que la proyectada serie 40 de vehículos compactos se producirá en una nueva fábrica actualmente en construcción en Luqiao (provincia de Zhejiang, este).

Esa fábrica, propiedad de Geely pero gestionada por Volvo, producirá también los vehículos de la marca LYNK, anunciada en octubre pasado por la firma china, lo que la compañía considera una demostración de las sinergias dentro del grupo.

Además, la serie 60 de tamaño medio se montará en la planta de Chendú (provincia de Sichuan, suroeste). "Con tres plantas y una línea de coches para cada una, Volvo ha creado una estructura de producción eficiente que asegura capacidad de crecimiento para el futuro", señaló en el comunicado el presidente y consejero delegado de Volvo, Hakan Samuelsson.

Volvo hizo este anuncio a la vez que presentó una edición alargada y con equipamiento especial del S90, llamada Excellence, que será exhibida por primera vez en el Salón del Automóvil de Cantón.

La compañía mantiene sus fábricas europeas de Gotemburgo (Suecia) y Gante (Bélgica), mientras que está construyendo una nueva planta en Carolina del Sur (EEUU) cuya producción se destinará esencialmente al mercado norteamericano.

Volvo Cars es propiedad de la china Geely, que controla el 51% de las acciones de la firma sueca tras comprarla en el 2010 a la multinacional estadounidense Ford.

La compañía sueca anunció la semana pasada un beneficio neto de 5.111 millones de coronas (525 millones de euros, 575 millones de dólares) en los nueve primeros meses del año, lo que triplicó el resultado obtenido en el mismo período del 2015.