¿Qué tienen en común el Barça del 2010, el Bayern de Múnich del 2014 y el Manchester City del 2018? Varias características. Dos muy especiales. La primera: han sido los clubs más representados en el Mundial de cada año. La segunda, y tal vez no sea una coincidencia: los tres estaban dirigidos por Pep Guardiola. Ergo, jugar en el equipo que instruye el técnico de Santpedor casi garantiza acudir al Mundial, el sueño de cualquier futbolista, títulos aparte. O no tan aparte: el Barça conquistó la Liga del 2010, el Bayern arrasó en la Bundesliga del 2014 y el City ha roto récords en la Premier este año. Los tres equipos sumaron un segundo éxito, pero no triunfaron en Europa.

Cierto es que el Barça ha sido campeón con y sin Guardiola, igual que el Bayern, muchísimas veces, y el City, menos. Y podría discutirse que el número de jugadores que aporta cada club en el Mundial dependen de otras variables y no están únicamente sujetas a la mano del entrenador. Incluso negar que el efecto Guardiola antes de que comience el torneo tenga influencia en su desenlace, por más que España (con siete u ocho jugadores del Barça) fuera campeón en Sudáfrica y que Alemania (siete del Bayern) se impusiera en el 2014.

El pronóstico del 2018 es muy incierto. La apuesta debería diversificarse en dos selecciones: Inglaterra y Brasil. Hay tantos jugadores del City en un equipo (Walker, Stones, Delph y Sterling) como en otro (Ederson, Danilo, Fernandinho y Gabriel Jesus). Los otros ocho se reparten en Argentina (Agüero y Otamendi), Bélgica (Kompany y De Bruyne), Francia (Mendy), Alemania (Gündogan), España (David Silva) y Portugal (Bernardo Silva). Solo cuatro jugadores se han quedado sin premio: Bravo, Yaya, Laporte y Sané.