Ver a los jugadores de fútbol llorar tras una derrota se ha convertido en algo relativamente habitual. Pena, rabia, frustración… En el caso de los futbolistas profesionales, más si cabe cuando participan en una competición tan relevante como un Mundial, la presión se traduce en ocasiones en ataques de llanto. Pero las lágrimas de Heung-Min Son, el capitán de la selección de Corea del Sur tras la derrota ante México (2-1), tienen una explicación que trasciende lo estrictamente deportivo. El golazo que consiguió sirvió de poco. Esta derrota y la más que probable eliminación de la competición en la primera fase es una espada de Damocles que se alza sobre su cabeza y que podría truncar su carrera deportiva.

En Corea del Sur, los hombres menores de 28 años están obligados a realizar un servicio militar obligatorio de dos años. Solo los deportistas más laureados, los que alcanzan lugares de mérito en los Juegos Olímpicos o conquistan medallas de oro en los Juegos Asiáticos, reciben una exención del servicio militar. En el 2002, el Gobierno de Seúl también hizo una excepción con los futbolistas que llegaron a las semifinales del Mundial de Corea-Japón. Y Heung-Min Son, de 26 años, esperaba igualar esa gesta. Ahora su equipo ya no depende de sí mismo para pasar de la fase de grupos. Y eso explica el llanto desconsolado del delantero. La gran estrella de los conocidos como Tigres de Oriente, que ha forjado parte de su carrera en la Bundesliga y actualmente compite en la Premier, donde defiende la camiseta del Tottenham, tendrá que alejarse de los campos entre 21 y 36 meses si no logra pasar a octavos de final. Eso alejaría al asiático de los Spurs, un equipo que le fichó con 23 años por 30 millones de euros para cubrir la baja de Soldado.

Sonny, como es conocido cariñosamente en Inglaterra, necesita ahora que la selección surcoreana venza por dos goles a Alemania el miércoles y esperar que México gane a Suecia. Peliagudo. Si esa carambola no ocurre, todavía tendrá una última oportunidad, pero presumiblemente bastante más complicada: conseguir una medalla de oro en los Juegos Asiáticos de Indonesia, que arrancarán el 18 de agosto. Según The Guardian, su actual equipo medió para que fuera convocado este verano en un equipo formado por jugadores sub-23.