En una Croacia con estrellas como Modric, Rakitic, Perisic y Mandzukic también son necesarios los complementos, esos jugadores polivalentes que siempre cumplen y animan el vestuario. Uno de ellos es el central Domagoj Vida (Nasic, 29 años), que forma una pareja volcánica atrás con Lovren. Pura intensidad.

El defensa del Besiktas ha destacado sobre el césped pero también con sus típicas locuras, alguna bastante desafortunada. Después de eliminar a Rusia en cuartos de final al defensa no se le ocurrió otras cosa que gritar «Gloria a Ucrania» en un vídeo publicado en su cuenta de Instagram. El exjugador del Dinamo de Kiev ya ha pedido perdón a los rusos.

No fue una gran idea la del central. En Rusia no caen excesivamente bien los croatas. Con sus palabras encendió aún más los ánimos de unos anfitriones hermanados con Serbia. El comité disciplinario de la FIFA le envió una advertencia. Se salvó por poco, ya que el organismo prohíbe en su artículo 3 «consignas políticas de cualquier forma». No hubo castigo y el balcánico pudo jugar ante Inglaterra en Moscú, donde fue silbado durante todo el choque cada vez que tocó el balón. «Lamento que se malinterpretara todo. No queríamos ofender a nadie, solo era una agradecimiento por el apoyo recibido desde Ucrania. Pido perdón al pueblo ruso», explicó el defensa.

ADVERTENCIA Y EXPULSIÓN / En el vídeo también aparecía el exjugador Ognjen Vukojevic, que coincidió con Vida en Kiev y cerraba la grabación con un «¡Vamos Croacia!». El actual asistente de Dalic fue despedido por esas arengas. «Entedemos perfectamente que fue un acto inapropiado. Nos unimos a la postura de la FIFA: el deporte fuera de la política. Simplemente hicieron un acto temerario fruto de la euforia por el éxito. Esta historia no puede arruinar esta fiesta del fútbol», terció con premura el exfutbolista Davor Suker, presidente de la fedración croata.

No es la primera vez que Vida protagoniza un episodio volcánico. En el 2012, se abrió una cerveza en pleno viaje con el Dinamo de Zagreb. El técnico, Ante Cacic, le pilló y le hizo bajar del autocar en marcha. La broma le costó 100.000 euros. Famosa fue también su celebración tras tumbar a Grecia en la repesca, cuando roció al seleccionador Dalic con champán. Aquella felicidad ha llegado hasta Rusia, donde su selección peleará por el título mañana. En la zona mixta se lo pasó en grande junto al portero Subasic tras batir a Inglaterra. Unidos por una gran bandera croata se partían de risa junto a los periodistas.

Otro gran día para el polivalente defensa fue el de los cuartos de final, cuando marcó el 1-2 ante Rusia en la prórroga y después anotó en la tanda de penaltis, en la que dejaron fuera a la anfitriona. «Hemos regresado cuando parecía que no podríamos hacerlo. Nunca lo hemos tenido fácil, pero somos un pueblo unido y guerrero», confiesa el central, uno de los mejores amigos de Rakitic. Su padre, Rudika, fue un goleador famoso del Osijek y el Belisce. Vida, mientras, está casado con Ivana Gugic, que se proclamó Miss Croacia en el 2014. Su hijo, de 3 años, se lo pasó en grande en el césped del Luzhniki el pasado miércoles, tras la semifinal en la que hicieron historia.