La gran fiesta del fútbol se abre hoy en el estadio Luzhniki de Moscú con un goleador inolvidable de la Liga española que ahora dirige a la selección de Arabia Saudí, que se medirá con el anfitrión en el primer encuentro del Mundial de Rusia. El Telstar 18, nombre del balón del torneo, empezará a rodar a las 17.00 horas en el mismo escenario que acogerá la final del 15 de julio. Se avecinan 64 partidos, más de 1.600 minutos de fútbol que determinarán al sucesor de Alemania, que amargó a Messi en la final de Maracaná del 13 de julio del 2014.

El Mundial vuelve 1.433 días después con un duelo con mucho menos glamur. Un Rusia-Arabia Saudí no es, precisamente, el mejor partido posible para abrir el telón de una cita así. Hay que ser pacientes. Mañana debutará España contra Cristiano, el sábado será el turno de Messi y el domingo se estrenarán Alemania y Brasil.

A Rusia han llegado 32 de las 209 selecciones que arrancaron la fase de clasificación en marzo del 2015. Hay debutantes, como Islandia y Panamá; sonados regresos, como el de Perú, que no participaba desde el Mundial del Naranjito de 1982; y ausencias como las de Chile, Estados Unidos, Holanda e Italia. Las lágrimas de Buffon siempre serán recordadas. Un Mundial sin la azzurra no es lo mismo.

Entre las afortunadas figura la Arabia Saudí de Pizzi. ¿Quién le iba a decir al lagarto que estaría en Rusia ocho meses después del batacazo vivido al frente de Chile? Aquella noche del 10 de octubre del 2017 la campeona de América perdió ante Brasil (3-0) y acabó sexta en la fase de clasificación. Fuera del Mundial. Ni siquiera la repesca. Minutos después, Pizzi dimitió antes de que le echaran: «Soy el entrenador, yo elegí a los jugadores. Soy el máximo responsable, no puedo seguir».

BUENA IMAGEN

Apenas dos meses después se le abrió la puerta de Arabia, felizmente clasificada para el Mundial bajo la dirección del holandés Van Marwijk. El actual seleccionador de Australia se marchó por unas discrepancias con la federación del país del Golfo Pérsico. El argentino Bauzá, técnico nefasto donde los haya, duró cinco partidos como recambio y llegó el turno de Pizzi. La imagen en los amistosos previos al Mundial ha sido bastante buena, lo contrario que su rival, una Rusia gris que lleva siete partidos sin ganar. Salvo la goleada sufrida ante Perú, Arabia supo plantarle cara a Italia y Alemania, mientras que batió a Grecia y Argelia.

Aun así, el favorito no puede permitirse caer. «Es una gran ilusión jugar este partido inaugural. Pocas oportunidades hay en la vida de disfrutar algo así. Somos unos elegidos», reconoció ayer Pizzi. Bien lo sabe el exdelantero, que vuelve a un Mundial 20 años después. Jugó un partido en Francia-98 con la selección de Clemente y ahora dirige a Arabia en Rusia. «Haremos el mayor esfuerzo para complacer a los ciudadanos del país. Queremos ser protagonistas. Nuestra ambición es máxima».

A sus órdenes están tres de los nueve saudís que desembarcaron en la Liga de Primera y Segunda en España en enero. Se trata del destino más exótico en la trayectoria del macanudo, que colgó las botas en el 2002 en el Villarreal tras una amplia carrera. En España pasó por Tenerife, Valencia y Barcelona. Como técnico destacó en San Lorenzo, se atascó en el Valencia y ganó la Copa América con Chile, donde sustituyó a Sampaoli y fue también subcampeón de la última Copa Confederaciones celebrada en Rusia.

Pizzi, excompañero de Lopetegui y Hierro, que se sacó el carnet de entrenador con sus amigos Luis Enrique y Guardiola, deseó suerte al nuevo seleccionador español. Para el Mundial no alberga dudas. «Argentina es el primer candidato a conquistar el título porque tiene a Messi. El equipo que tenga a Leo siempre será mi favorito», concluyó seguro el argentino.