«¿David? Es uno de los nuestros». La voz de Fernando Hierro sonó más fuerte que de costumbre para que no hubiera dudas de que David de Gea continuará siendo su portero, a pesar de ese grosero error en el 2-1 que dio vida a una Portugal que no tenía más respuestas en aquel momento. «David tiene todo nuestro apoyo y en estos momentos tan difíciles más aún», proclamó el técnico, consciente de que dos tremendos fallos en los tres últimos partidos (amistoso con Suiza y debut mundialista contra Portugal) colocan el debate ahora en la portería.

Antes se debatía sobre el nueve, pero Costa, con sus dos goles a Rui Patricio, ha liquidado ya cualquier discusión. Ahora, en cambio, todos se preguntarán si De Gea debe seguir siendo el guardián del templo español. De repente, España miró hacia atrás y descubrió a un portero frágil de carácter. Tanto que tres disparos a portería recibió la selección española en Sochi y los tres fueron gol.

Es un Mundial y las manos de De Gea, por mucho que intenten ser sostenidas por sus compañeros, tiemblan. Falló en el 2-1 en un error que evocó por ejemplo, aquel fallo de Zubizarreta en el partido inaugural contra Nigeria en el Mundial de Francia-98. Los dueños de una excelente memoria futbolística rastrearán en su pasado para detenerse en aquella pelota que se coló por debajo del cuerpo de Arconada en la Eurocopa de Francia en 1984. Sochi, Lens y París…

«De Gea es un porterazo, no por un fallo vamos a poner en duda el gran portero que es», proclamó Diego Costa, recordando que «eso podría pasar conmigo». En realidad, ha pasado. Y él lo ha superado con dos goles que entierran cualquier debate sobre el delantero centro. El portero, sin embargo, está en el centro del escenario porque Hierro debe decidir si mantiene a De Gea o coloca a Reina ante Irán en Kazan, algo improbable, o se pone en manos del joven Kepa Arrizabalaga, más improbable aún.

«Callar bocas»

«Hay que seguir creyendo en él», dijo Diego Costa, feliz porque ha «callado bocas» después de meses y meses de dudas. «Somos un equipo, sabemos que hay jugadores que tienen mejor o peor día. Somos un equipo, somos una familia, no dejamos tirado a nadie de la familia. No dudamos de nadie de nuestra familia», comentó Hierro, quien reconoció que usó el plan que ya tenía trazado Lopetegui para ese debut. «Se han quedado muchos de sus colaboradores con nosotros, tenían un plan desde hace un par de semanas, no nos podíamos salir de ahí. Entendíamos que Diego nos podía ayudar mucho y no queríamos tocar mucho las cosas», aseguró.

«Hemos remontado el resultado dos veces. Eso demuestra el compromiso, orgullo y personalidad del equipo. Es muy maduro», finalizó el nuevo seleccionador nacional.