"Estos Juegos han servido para que el mundo conozca a China y China al mundo", sentenció el presidente del COI, Jacques Rogge, en la ceremonia de clausura de Pekín 2008. La pregunta que se hace ahora el mundo es si, una vez se apaguen los focos, la China que ha conocido en estos 15 días seguirá siendo posible.

La ceremonia de apertura disipó cualquier duda sobre lo que el país asiático era capaz de hacer, y según trascurrían las competiciones quedó claro que en la clausura se calificaría a esta cita con cualquier fórmula análoga a la empleada por Juan Antonio Samaranch en 1992. Para Rogge no fueron los mejores Juegos, sino "excepcionales". Está por ver si la apertura del país asiático también se queda en algo excepcional o realmente las puertas del régimen se han abierto las reformas.

FUTURO INCIERTO La prensa internacional hizo ayer gala de una inusitada unanimidad para juzgar la olimpiada clausurada. Para China, un final, un comienzo e interrogantes, titulaba el International Herald Tribune. Culminado con éxito el proyecto que el Partido Comunista convirtió en asunto nacional, el devenir del país, puertas adentro y afuera, puede tomar derroteros de signos opuestos.

"Una nueva era posolímpica ha empezado --dice el rotativo--. La cuestión es si la autoconfianza por la experiencia olímpica empujará a China a establecer mayores lazos con el mundo y a reformas políticas domésticas o si el éxito y el silencio de occidente ante la represión china reforzará la creencia de sus líderes de que su modelo funciona".

En su día, para defenderse de las voces críticas con la elección de Pekín como sede, el COI manifestó su confianza en que China, acabados los Juegos, tomaría la primera de esas vías. "El mundo nunca había mirado así a China", tituló ayer el diario oficial del régimen. "Los Juegos nos han permitido mostrar con calma una situación de mayor apertura y autoconfianza tras 30 años de reforma y apertura".

En ese sentido, el secretario general de la ONU, Ban Ki-moon, felicitó al país asiático por unos Juegos "espectaculares", pero lejos de darlos por finiquitados, habló como si la misión más importante aún estuviera por realizarse: "Los Juegos han traído una importante ocasión para la promoción de la paz y la armonía mediante la profundización del diálogo y el entendimiento mutuo en la comunidad internacional".

Una visión que no comparten las organizaciones proderechos humanos. Amnistía Internacional denunció que China no ha variado "la persecución y el castigo" a periodistas y activistas, por lo que solicitó al COI que incluya los derechos humanos como uno de sus pilares a desarrollar junto a los ya oficiales: deporte, cultura y medio ambiente.

DESACUERDO EN LA UE Ni siquiera la UE --donde algunas voces reclaman computar como una sola nación en el medallero, que encabezaría con 280 preseas, 87 de oro-- presenta una única voz. En la subcomisión de Derechos Humanos se hicieron balances antagónicos. "Los Juegos han sido el crepúsculo de la defensa de los derechos humanos en el mundo" --denunció la parlamentaria polaca Hanna Foltyn-Kubicka--. Nos han mostrado lo que querían. Durante 17 días nos hemos olvidado de los salarios miserables". El irlandés Colm Burke, en cambio, instó a ser "constructivos" y reconocer la apertura y sus "grandes avances" en materia de derechos humanos.