Fidel Castro criticó a los jueces, a los que tachó de "mafia", para justificar el balance de medallas de Cuba. Según Castro, la caída en el medallero se debe a una conspiración contra el país: "Vi cuando los jueces les robaron las peleas a dos boxeadores cubanos en las semifinales. Los nuestros combatieron con dignidad y valentía. Tenían esperanzas de ganar, a pesar de los jueces; pero fue inútil: estaban condenados de antemano", comentaba Castro. Sobre Matos, el taekuondista que dio una patada a un árbitro, afirmó que este, "asombrado por una decisión que le pareció totalmente injusta, protestó y lanzó una patada contra el árbitro. A su propio entrenador lo habían tratado de comprar, estaba predispuesto e indignado. No pudo contenerse".