En una final olímpica, y frente a EEUU, el rival más cualificado, Rudy Fernández presentó su candidatura al papel de líder de la selección. Con 22 puntos en 18 minutos, y 5 de 9 en triples en momentos clave, el alero mallorquín completó una actuación que provocó el elogio colectivo, incluído el de su próximo entrenador en los Portland Trail Blazers, Nate McMillan, que ha acudido a Pekín como ayudante del seleccionador americano, Mike Krzyzewski. "Hemos hablado un momento después de la final y me ha dicho que me ha visto muy capacitado para competir, que he trabajado muy bien y que tome todo el tiempo que quiera para descansar", explicó Rudy, que se perfila como el relevo natural en el liderazgo de la selección, en caso de que se confirme el parón temporal de Pau.

Igual que el pívot de los Lakers, Rudy dejó la final con una sonrisa de felicidad. "Hemos estado en todo momento con la cabeza alta, de tú a tú. España debe estar satisfecha. Solo cambia el color, pero esta medalla sabe como un oro", afirmó Rudy, que explicó la transformación que apreciaron los 18.000 espectadores que siguieron en directo el partido. "Hoy se nos ha visto disfrutar. Estamos muy satisfechos de cómo hemos jugado, de cómo les hemos plantado cara", afirmó el alero, que salió convencido de que los jugadores estadounidenses acabaron el encuentro bastante nerviosos. "Creo que ellos no se lo esperaban. Lástima que los árbitros no pitasen los pasos que han hecho. Eso habría significado que podríamos haber ganado. Habría sido increíble". LUIS MENDIOLA