El 26-J ha arrojado unos resultados que dejan a España de nuevo al albur de la capacidad negociadora de los partidos para evitar que se repitan los seis meses de ingobernabilidad que desembocaron en estas elecciones. El PP de Mariano Rajoy ha sido el vencedor de las elecciones con unos resultados mejores que los del 20-D, mientras que el PSOE de Pedro Sánchez ha evitado el sorpasso y se mantiene como el segundo partido de España. En términos de bloques, el conservador que forman PP y Ciudadanos (pese a la caída del partido de Albert Rivera) mejora su posición con 169 escaños, mientras que el de izquierda (PSOE y Unidos Podemos) suma 156 escaños. El bloque conservador está a siete escaños de la mayoría absoluta. Es un buen resultado para Rajoy, pero para gobernar con mayoría absoluta el PP debe forjar una mayoría con alguien más que Ciudadanos. Con los nacionalistas catalanes enfrente (queda por ver qué haría un PNV derrotado por Podemos), ese apoyo solo puede venir del PSOE, a lo que Sánchez se resiste.

Pese a perder varios escaños, este sale reforzado de la cita electoral. El PSOE evita el sorpasso de Unidos Podemos y mantiene su condición de segundo partido de España, a pesar de derrotas simbólicas como la de Andalucía, donde Susana Díaz perdió ante el PP. Sobre su mesa Sánchez se encontrará con la misma disyuntiva: o pactar con el PP o intentar de nuevo y vertebrar una mayoría con Unidos Podemos y C's que derroque al PP.

Si los dos partidos del bipartidismo salen reforzados del 26-J (han ganado cuatro puntos), no puede decirse lo mismo de los dos partidos emergentes. Unidos Podemos no capitaliza la coalición con Izquierda Unida y suma 71 escaños, y el bloque progresista será más débil, lo que pone en una difícil posición interna a Pablo Iglesias. C's, por su parte, se llevó el peor resultado de la noche, aun así sigue siendo una bisagra imprescindible en cualquier pacto de Gobierno que se pueda llegar a plantear.

Urge ese acuerdo. A los retos para esta legislatura que había en diciembre (la reforma constitucional, la recuperación económica y el resto de puntos que EL PERIÓDICO exponía en su decálogo para el cambio en el editorial de ayer), se le une ahora la incertidumbre tras el voto del brexit en el Reino Unido, que ha llevado a la UE a un escenario desconocido. Unas terceras elecciones son un escenario a evitar a todas luces.