El programa Escuela 2.0, vinculado a las tecnologías en las aulas aragonesas está llevando un desarrollo más que preocupante. Primero, con parte del material en los centros, la falta de los comprometidos fondos ministeriales y la no dotación de los autonómicos puso su desarrollo en cuarentena. Ahora, una vez que Madrid desbloquea las partidas asignadas, resulta que la Consejería de Educación, que dirige Dolores Serrat, decide dar un cambio a la filosofía del mismo y sugiere que se transforme en un programa de formación, en lugar de instrumental. Es lícito cambiar de orientación, pero suena a improvisación.