Sólo al gobierno del impávido Rajoy se le podía ocurrir hacer una purga general en la Fiscalía el mismo día en que el gratuito permiso para que Urdangarín se vaya a Suiza ha dejado estupefacta a la mayoría de la población. La gente, claro, tiene ideas muy patidifusas en relación con el funcionamiento de la Justicia, pero sabe que, por supuesto, no somos iguales ante la Ley. Ni de coña.

Aquí, si eres un cualquiera te puede pasar de todo en caso de tener algún tropiezo con el Código Penal. Pero si eres alguien verdaderamente importante. Entonces ya... Aunque tampoco en ese terreno (el de los vips) existe igualdad. Hay un nivel superior, el de quienes, a priori, están fuera de peligro. Puede que deban pasar algún mal trago, pero nada más: la infanta Cristina, los Pujol, el banquero Botín, que en paz descanse, cuyo nombre ostenta una doctrina exculpatoria... Luego vienen los que, cual cuñado del Rey no pueden sino ser justiciados de algún modo, pero muy poco, lo menos posible (¿cómo vas a meter en el talego a semejante personalidad?). Peor lo tienen aquellos que, por la carga de la prueba o porque ya no interesan, son servidos como chivos expiatorios: el bueno de Matas, los madrileños más flamencos o el mismísimo Rato. Y por último tenemos a los chiquilicuatres que durante algún tiempo mojaron en la salsa, pero luego sólo han de ser carne de cañon, véase a Correa o su socio El Bigotes, que se están comiendo el marrón mas crudo que un tartar.

Ojo, nadie garantiza (salvo en casos monárquicamente excepcionales) que alguien pueda quedarse para siempre en una de estas categorías. Blesa se ha caído de la primera, la de los inmunes. Bárcenas parece estar ascendiendo desde la tercera a la segunda. Sánchez, el presidente murciano, anda en la cuerda floja.

Sí, la Fiscalía y la abogacía del Estado, como la Policía, son utilizadas a conveniencia de quien corta el bacalao. Y nadie como el PP (la profesionalidad, amigos) borda este juego a veces sutil, a veces descarado. Por eso, claro, acepta de tan buen grado lo que sentencia su Justicia.