Al límite del tiempo reglamentario, dos de las tres coaliciones que se presentaron en alianza con Podemos, las de Cataluña y Galicia (En Comú Podem y las Mareas) han aceptado constituirse como grupo único en el Congreso, mientras que los cuatro diputados valencianos de Compromís han decidido excluirse. Pese a que la formación de cuatro grupos era una de las apuestas electorales de Podemos, la oposición de los otros tres grandes partidos --PP, PSOE y Ciudadanos--, amparados en el reglamento de la Cámara, ha dinamitado toda posibilidad. Da igual que la noche electoral el propio Gobierno reconociera los resultados de los cuatro grupos por separado o que Felipe VI les llame a consultas de manera independiente, si muchas veces la ley se ha utilizado como parapeto para no buscar espacios de acuerdo, ahora lo es un reglamento. Mal empiezan la época del cambio cuando una realidad que tiene personalidad propia en sus parlamentos autonómicos no puede ser reconocida en las Cortes.