Ahora mismo, el mundo tiene dos problemas: cómo gobernar España y cómo impedir que en Estados Unidos gobierne Donald Trump.

Siendo, probablemente, el primer y espinoso asunto de mayor dificultad que el segundo (un verdadero cactus), las dificultades, conflictos o problemas que pueden derivarse de un próximo mandato del multimillonario republicano aparejarían el riesgo, en el ámbito militar, de una catástrofe.

Vean si no, pasen a las salas de cine y disfruten con Espías desde el cielo, una interesante película, estos días en cartelera, que versa sobre una operación de limpieza, para usar un eufemismo, de la CIA en un país africano.

En Kenia, concretamente, donde los agentes de inteligencia, auxiliados por sus impenitentes compañeros británicos, han detectado un comando yihadista dispuesto a atentar en breve, por lo que el operativo (sendas y ocultas oficinas militares en Londres y en Nevada) se pone en marcha con ayuda de un agente local, un keniano que, pasando desapercibido entre la multitud de musulmanes residentes en un barrio pobre de Nairobi, consigue introducir un escarabajo mecánico provisto de una cámara en casa de los terroristas. Donde, además de un par de sujetos de los más buscados, hay una súbdita inglesa que ha abrazado la causa armada del Islam.

A partir del momento en que se plantee utilizar un dron para lanzar un misil contra el objetivo, los mandos militares y civiles al frente de esta compartida operación, tanto ingleses como norteamericanos, se enfrentarán en una disputa de tintes éticos y morales, con los daños colaterales como tema de fondo. Tratando unos y otros de establecer si unas pocas víctimas entre la población civil de ese barrio keniano compensarían o no el riesgo de que los suicidas, que en esos momentos, según está transmitiendo en vivo la lente del escarabajo alado y mecánico accionado a distancia, hiciesen explotar su carga letal en un centro comercial.

En la cinta, los militares insisten en activar el dron. Los políticos se resisten, en un tira y afloja con enjundia de base y escenas parecidas a las que la Casa Blanca emitió cuando Obama e Hillary Clinton asistieron en directo al asalto a la casa de Bin Laden. Entonces, la cara de Hillary era de horror... ¿Cómo será, en una escena similar, la de Trump?