El ministro de Hacienda depositó el martes en el Congreso los Presupuestos para este año 2017. Como ya se intuía en la presentación del pasado viernes, la tímida recuperación de la economía que se dibuja en las cuentas públicas se destina fundamentalmente a reducir el déficit hasta los niveles que exige la Unión Europea. De manera que en la mayoría de las partidas, si descontamos la inflación, hay un crecimiento cero. No va a ser este el año de la reversión de los recortes que han vivido los servicios públicos de este país desde el año 2010. En este ámbito, la recuperación se retrasará hasta el 2018. Es verdad que tampoco hay nuevos recortes porque el Gobierno, a pesar de sus promesas electorales, mantiene la presión fiscal de los años más duros de la crisis. Con todo, lo más preocupante es que los procedimientos para asegurar el pago de las pensiones dejan estas prestaciones en un estado de suma precariedad. Se sigue recurriendo al fondo de reserva y simplemente se le dota con un crédito extraordinario para no dejarlo a cero. Se para el golpe, pero se deja a las pensiones públicas al amparo de la evolución de la economía y del déficit, y a los designios de Bruselas según discurran las cosas. El problema de las pensiones es estructural, como consecuencia de la curva demográfica y de la devaluación interna de los salarios, y requiere por tanto soluciones estructurales .

El insólito 12-0 que el Barça B le endosó el sábado al Eldense, en partido de Segunda B, ha devuelto al primer plano un tema ni mucho menos reciente: los amaños en el deporte. Hace un siglo ya se produjo un arreglo en las Series Mundiales de béisbol y la misma mafia ya actuó años después en el boxeo o las carreras de caballos. En épocas más recientes, el mundo del tenis se ve salpicado con frecuencia por esas prácticas indeseables. Y los llamados maletines del fútbol de las últimas jornadas son también un viejo ardid para manipular resultados. Por ejemplo, en el Espanyol-Osasuna del 2014, que abrió un largo proceso judicial por posible amaño. La irrupción arrolladora de las apuestas por internet ha magnificado el problema hasta extremos insospechados.

Hoy se apuesta por cualquier incidencia de un partido. La Dirección General de Ordenación del Juego estimó que en el 2015 se movieron más de 5.000 millones en España en apuestas deportivas. Y es en las categorías inferiores donde las mafias pueden actuar por el mayor anonimato y la facilidad con que pueden atraer a deportistas de ingresos limitados. Así ha ocurrido, al parecer, con el Eldense, y corresponde a los organismos y federaciones articular todos los mecanismos de control y recursos, coordinados con las fuerzas policiales, para minimizar al máximo estas corruptelas. Están en juego los valores del deporte.