La campaña andaluza que se abrió formalmente ayer inaugura un ciclo electoral denso como nunca en la historia de la España democrática. En menos de un año habrá elecciones regionales en Andalucía (22 de marzo), municipales en toda España y autonómicas en 13 comunidades (24 de mayo), autonómico-plebiscitarias en Cataluña (27 de septiembre) y legislativas (sin fecha concreta, pero hacia finales de año). Y esa sucesión de consultas confiere especial importancia a la de Andalucía por el efecto que puede tener en las siguientes. Y también por el peso que esa comunidad tiene en el ecosistema político español al ser la más poblada y la única que siempre ha estado presidida por un mismo partido, el PSOE.

La joven y audaz Susana Díaz pasa en estas elecciones la primera gran reválida popular de su carrera política, puesto que su trayectoria se desarrolló a la sombra del aparato del PSOE hasta su inesperado acceso a la presidencia de la Junta, hace apenas un año y medio, por la dimisión de José Antonio Griñán. A tenor de las encuestas, su victoria parece segura, aunque con menos porcentaje de votos de los que tuvo en el 2012 su antecesor. En todo caso, el resultado de Díaz tendrá repercusión en el conjunto del PSOE: si su victoria es amplia, cobrará fuerza la hipótesis de que intentará dar el salto a Madrid y aspirar a la Moncloa. De ahí que Pedro Sánchez probablemente tenga sensaciones muy contradictorias: un buen resultado del PSOE en Andalucía aportaría vigor en toda España a un partido alicaído, pero él vería su liderazgo más amenazado.

PARLAMENTO FRAGMENTADO

El otro pronóstico claro que apuntan los sondeos es el de un Parlamento regional mucho más fragmentado que ahora, con retrocesos destacados del PP (vencedor por la mínima hace tres años) e Izquierda Unida (socio de gobierno del PSOE esta legislatura), y dos protagonistas nuevos en la política andaluza, Podemos --que pasa el primer examen electoral tras su eclosión en las europeas de mayo pasado-- y Ciudadanos. El grado de apoyo a ambas fuerzas será la clave de una posible mayoría estable de gobierno, sin duda compleja al carecerse de precedentes. En todo caso, el día 22 Andalucía se erigirá en un ensayo de la política española de los próximos tiempos, inciertos porque con toda seguridad se regirán por coordenadas distintas de las de las últimas décadas.