La movilización que ayer concentró en Andorra a cientos de personas en defensa del futuro de la comarca, amenazado por el cierre de la térmica, es la manifestación de un territorio que ve peligrar de forma determinante su viabilidad. Ha sido, también, el grito de demanda a la Administración para que agilice fórmulas que permitan asegurar el empleo en la zona. El Ministerio de Energía, que anunció hace unas semanas estar trabajando en la búsqueda de una salida, no ha vuelto a dar señales de vida. Y el tiempo avanza inexorable. Es urgente plantear soluciones.