Marzo parece finalmente la fecha elegida por la más que probable adjudicataria de la estación de autobuses de Zaragoza para comenzar a prestar el servicio. No obstante, es básico que se mejoren los accesos al centro y que los servicios de transporte urbano se amplíen si se quiere que realmente la nueva estación juegue el papel que merece. De momento, hablamos solo de líneas nacionales, pero sería lógico que a los pocos meses de la apertura fueran incorporándose servicios regionales y provinciales, con lo que el flujo de viajeros debería ir aumentando exponencialmente con el paso de los meses. El consejero Javier Velasco ha de aprender de los errores del pasado y no plantear una apertura de la terminal de autobuses tan precaria como la ferroviaria, inaugurada a toda prisa en la campaña electoral del 2003 por la administración popular. Entonces se rozó el esperpento y, lo que es peor, aún se están pagando algunas de las chapuzas.