A comienzos de 2015 Fernando Gimeno, entonces vicealcalde de Zaragoza y ahora consejero en el gobierno de Aragón, anunció que "a mediados de 2015" comenzarían las obras de un aparcamiento subterráneo en la calle Segismundo Moret, entre la plaza de los Sitios y el paseo de la Mina. Cuando algunos supimos de ese proyecto, informamos a miembros del consistorio que la zona es muy rica en restos arqueológicos, sobre todo de época romana, y que una intervención de este tipo en el subsuelo sacaría a la luz, con toda seguridad, vestigios del pasado de Zaragoza. Los alrededores de la Caesaraugusta romana, como la actual plaza de los Sitios y sus calles adyacentes, cercanas al río Huerva, estuvieron en la Antigüedad llenas de villas romanas, muchas de ellas con extraordinarios mosaicos. Basta entrar en el Museo Provincial de Zaragoza y contemplar algunos de esos magníficos mosaicos, como el de Orfeo, hallado cerca de San Juan de los Panetes. Cuando comiencen las obras de ese aparcamiento, que ahora, un año después, el ayuntamiento vuelve a anunciar como inmediatas, supongo que los arqueólogos y el servicio municipal de Patrimonio estarán alerta para ver qué sale bajo el asfalto. Y, caso de que los restos sean destacables, ¿se ejecutará el proyecto de tres plantas nada menos, o se paralizarán las obras para salvar y conservar nuestro patrimonio histórico? Hace unos años, en los micrófonos del programa La Rebotica de Radio Zaragoza, con el cual colaboré durante varios años hasta que me invitaron a dejarlo, y en EL PERIÓDICO DE ARAGÓN denuncié que en las obras para construir un aparcamiento en el subsuelo del paseo de la Independencia estaban saliendo restos arqueológicos de época islámica. Los medios de comunicación se hicieron amplio eco, y al final se paralizó el proyecto del aparcamiento. Pero, lamentablemente, el ayuntamiento echó tierra sobre el asunto, y tras excavar una parte se cubrieron las casas y calles del gran arrabal islámico del siglo XI y luego pasaron por encima las vías del tranvía, hurtando a los zaragozanos parte de su patrimonio. ¿Cómo es posible que no se aprenda de errores anteriores? ¿Pasará lo mismo en la calle Moret? ¿Cómo es posible que antes de aprobar este proyecto no se hayan hecho catas arqueológicas para comprobar si es factible esa obra? Mucho me temo que a la mayoría de la clase política la cultura y el patrimonio no les importan ni una higa. Y lo peor, es que se les nota mucho, muchísimo. Escritor