Pudiera ser, como sueña Lambán, que las encuestas den un giro de aquí a tres meses y el PSOE resucite. O que la abrasiva campaña de que está siendo objeto Podemos (primero sobreactuaron ellos y ahora les sobreactúan los demás) surta efecto. O que Ganemos Zaragoza (y la misma etiqueta trasladada a otras localidades) no acabe de cuajar y se incumpla el vaticinio (terrible para la candidatura de Carlos Pérez Anadón) que adelantan hoy los sondeos. Todo está muy fluido, se intuye que existe mucho voto oculto, la actualidad se mueve con vertiginosa rapidez... Mientras, aquí y allá surgen voces que reclaman más atención al papel de los aragonesistas en el inmediato futuro. ¿Y de CHA y el PAR, qué?, preguntan impacientes algunos lectores.

Bueno... En mi opinión (y quizás estoy tan equivocado como las dichosas encuestas) el problema para el aragonesismo político es que su espacio se ha estrechado. Por distintas causas: el trasvase del Ebro ha dejado de ser una amenaza a medio plazo, el subidón soberanista en Cataluña ha provocado una reacción recentralizadora y han surgido opciones políticas alternativas que sitúan la cuestión social por encima de la territorial. Además los aragonesistas (de babor y estribor) han llegado al momento actual sin una estrategia específica. En el caso del PAR, dicha estrategia, si existió alguna vez, se perdió hace tiempo en los vericuetos de las alianzas forjadas a diestro y siniestro, siempre por un puñado de cargos y de partidas presupuestarias. CHA ha sido y es otra cosa. Más seria, más sincera y limpia. Sin embargo se ha sistematizado y desdibujado, dividida entre sus dos naturalezas, la progresista y la nacionalista.

Arturo Aliaga ha heredado de Biel un partido desprestigiado y muy dividido. El hombre hace lo que puede, se esfuerza, va, viene, apura la cuota de pantalla de Aragón TV. Pero lo tiene muy crudo. Mientras, en CHA, el dúo Soro-Martín exorciza los demonios del 5% (mínimo para estar en los ayuntamientos) y del 3% (ídem para ingresar en las Cortes). Van solos, jugándoselo todo. Y si lo de Podemos y Ganemos pierde fuelle, pues a lo mejor...