Hombre refranero, hombre puñetero. El señorito Biel da sus últimas pataletas de niño malcriado y amenaza con los vaticinios a los que nos suele tener acostumbrados. Un futuro Gobierno de Aragón de izquierdas, sin "fuerzas moderadas como es el PAR" va a ser "arrancada de yegua andaluza y parada de burra manchega". Cuando menos gráfico. Vamos, que mucho ímpetu y energía inicial, pero mal funcionamiento por falta de planificación y constancia, "por más que arranquen con mucha fuerza". Cuánta arrogancia junta. Como que sus años de "burro aragonés" fueran para enmarcar. En fin, es lo que tiene el apego al trono y la falta de encaje de los envites. Lo único que nos acaba de quedar clarito, fruto del análisis de los resultados electorales, es que la ciudadanía, por fin, ha castigado las malas praxis políticas, las rudas formas y los oscuros fangos de los partidos viejos, votando contra las siglas y las caras conocidas, y apostando por hipotéticos mirlos blancos de la política con nuevas marcas, programas semejantes y modos cuestionablemente mejores. Ahí tenemos a un Echenique sacando la zarpa, exigiendo de primeras la presidencia de Aragón con el mismo talante que lo hacía su competidor Lambán. Coincido con el líder de Podemos en que "no está justificado que Lambán se autodesigne para liderar nada", pero también está un poco alejado de la idiosincrasia de Podemos la demostración pública de soberbia e interés desmedido por hacerse con el sillón. ¿Más de lo mismo?