¡Qué bien se está en verano oiga! La sombrita, la playita y la cervecita. Esto sí que es vidita. Si usted es uno de esos privilegiados que no sólo tiene trabajo, sino también vacaciones está de enhorabuena, este artículo es para usted. Ha llegado el momento que tanto ansiaba. Por fin podrá hacer uso de cualquiera de nuestros productos vacíos que tanto se prodigan en verano y disfrutar de unas alienadas y alienantes vacaciones. ¿Usted es de playa o montaña? No piense mucho en la respuesta, ¿para qué? modele sus gustos, sus hábitos, su concepción del ocio y alcance así la pretendida felicidad. Tenemos felicidad envuelta para todos los gustos. Venga a enlatarse con nosotros, le prometemos nula reflexión y un preconcebido esparcimiento. Una ración de vacaciones bien hecha, con salsa, la justa para empalagarse, condimentada con una buena dosis de uniformidad de pensamiento. Justo lo necesario para que desconectar de su rutina mientras sigue bien conectado en la nuestra. Pase, pase, no se quede ahí, venga con nosotros a disfrutar de nuevas frustraciones. Sí, tiene razón, estoy con usted, no son nuevas, más bien reiterativas, y muy reconocibles, como todos los veranos. ¿Pero qué esperaba? ¿Volver a aquellas luminosas playas de la infancia? No sea iluso. Esas, como los oscuros golondrinos, no volverán. El sol de la libertad ya nunca nos dará de frente. Las arrugas que pueblan nuestra cara, forjadas con años de alienante frustración, nos impiden ver al astro… y como decía Sartre hace falta un sol doble para alumbrar el fondo de la estupidez humana.

Por tanto, a qué espera para comprar uno de nuestros paquetes de verano. Le garantizamos homogeneización e información engañosa edulcorada con el vacío que genera la irreflexión. No piense, ¿para qué? es el regalo más escaso que últimamente parece habernos brindado la naturaleza y lo único que genera son dolores de cabeza. Mejor déjese llevar. Si no quiere ahogarse no nade contracorriente. Desconecte. Nadie se lo merece más que usted, porque usted siempre está conectado, ciertamente no al mundo, pero sí a su trabajo, a su microcosmos a su me, mi conmigo. Por tanto deje de pensar o mejor dicho, valga el galimatías, piense que ahora no piensa y que antes sí lo hacía y que por tanto necesita descansar de esa constante reflexión tan suya como genuina. Ahora es tiempo del dulce non fare niente sin pausa pero con prisa, entre el ajetreo y el ruido del día a día, mientras la otredad se deshace en el olvido. El Otro, el ajeno, el diferente, el extranjero, no debe encontrar espacio en su pensamiento. Esa cultura del grano en el culo, esa injusticia, el individualismo, la marginalidad que siempre va con nosotros, tan incómoda como molesta. Ese escozor tan difícil de quitar en esencia no es más que el enemigo, el rival indeseado, no tanto por dónde se ubica, sino por donde lo ubicamos. Mejor huir de él, sí, huyamos del otro y de sus problemas. En estos días de inflación individualista la evasión no deja de ser más que la vida real. De ahí que nuestro mundo, tan perfectamente aislado y protegido tras cerrar las puertitas de nuestras casitas sea tan fantástico que nos obligue a tener que huir de él ¿Adónde? Eso es lo de menos, cualquier sitio es bueno si nos calcina nuestra bendita paz y nos promete no pensar.

Huya con nosotros y sea un tipo ufano más que en verano se jacta de no pensar. Aparque todo juicio crítico y súbase a nuestro auto, equipado con un motor dócil para seguir la línea de mando. Para facilitar la huida, nuestros autos están desprovistos de espejos retrovisores para evitar mirar atrás, no vaya a ser que alguien pueda encontrarse con su sombra y le haga reflexionar sobre quién es, qué representa o de qué huye. Deje atrás a todos aquellos que no tienen vacaciones o por no tener no tienen ni trabajo. Nuestros autos están equipados con música liviana para evitar que en alguna emisora inoportuna aparezca algún tema escabroso como pueden ser los refugiados, las hambrunas en el cuerno de África o en definitiva cualquier tema que evidencia la necesidad de una mayor justicia social, una mayor dignidad humana. No se preocupe, la injusticia, como la víbora, solo muerde a los que van descalzos y nuestro paquete de vacaciones tiene como regalo de bienvenida un par de buenos zapatos, para pisar por doquier. Sumérjase en la frivolidad con nosotros, relájese con la prensa del corazón, esa misma que nos hace tomar consciencia de que por muchos estupidez que uno pueda creer que hay en el mundo siempre puede haber más y dedíquese a los verdaderos temas del verano despacito o rapidito. Nosotros ahogaremos por usted cualquier conciencia que “tenga a mal” llamar a su puerta. Hágame caso, dedíquese a no pensar, que ya seguirán pensaremos nosotros por usted desinformándole en su justa medida. Hágame caso, este verano España volverá a paralizarse, como ocurre cada 30 de junio y no «arrancará» hasta el 1 de septiembre. El neoliberalismo no será justo, pero no me negará usted que en sus vacaciones, como a lo largo de todo el año, sigue pensando en usted.

*Profesor asociado en la Universidad de Zaragoza y profesor de Secundaria