Si me preguntan qué opino de Puigdemont y Junqueras, no me costará nada decirles que ambos, junto con los demás adeptos al soberanismo unilateral, no son ni demócratas ni políticos inteligentes ni siquiera personajes comprensibles. ¡Ah!, pero están en condiciones de volver a gobernar Cataluña por la simple razón de que siguen teniendo el respaldo de la mayoría en un Parlament elegido mediante convocatoria tutelada por el Gobierno central bajo la imposición del artículo 155. Ahí es donde la cosa no acaba de cuadrar.

Elegir president por procedimientos telemáticos es una gamberrada. Vale. Pero no sé cómo calificar la actual situación: diversos dirigentes y cuadros del PDECat y de Esquerra Republicana, amén de los presidentes de dos organizaciones sociales secesionistas, están en prisión o la han eludido por el procedimiento de irse a Bruselas. Sin embargo, no han sido juzgados, nadie les ha condenado ni por tanto inhabilitado, mantienen, en teoría, todos sus derechos políticos y por ello precisamente pudieron concurrir como candidatos a la cita del 21-D. Bien... el problema se plantea cuando estos ciudadanos salen elegidos, pero, ¡ay, amigos!, no pueden acudir a la Cámara de la que son diputados porque están presos o lo estarán, si vuelven a España los que huyeron. En consecuencia tampoco podrán ejercer sus obvios derechos y funciones democráticos. Rajoy ha ido más lejos: si se fuerza de alguna manera el reglamento para superar tan marciana coyuntura, el artículo 155, amenaza, seguirá aplicándose por encima de todo.

Lo cual nos sitúa en unas condiciones que a mí, poco afecto a los nacionalismos perifericos, me desasosiegan. Así jamás se ganará el debate y el relato frente al independentismo, ni se coserá el desgarro social habido en Cataluña, ni habrá forma de cerrar este conflicto. España (sí, España) sale perdiendo. Y dudo que el PP tenga cosa alguna que ganar.

Con este panorama, disculpen si les digo que lo de Tabarnia no me hace gracia. El chiste está bien. Pero la risa exige un contexto más relajado, más razonable y más normal.