Regreso de Jaraba, del Balneario de la Virgen. Lo recomiendo. Me llevé allí un libro de Edith Stein: La estructura de la personalidad (Ed. BAC 1948), una obra póstuma de la autora --discípula de Edmund Husserl, carmelita de origen judío exterminada en Auschwitz-- cuyo original alemán se publicó en 1994. Me lo regaló pocos días antes de ir a Jaraba mi paisana y amiga Aquilina Satué, catedrática de Filosofía durante muchos años en el instituto Goya de Zaragoza. Hablar de filosofía y de educación en España es llorar.

Precisamente de eso, de filosofía y de educación, trata el libro que me llevé al balneario. En sus páginas se recoge el manuscrito completo del curso que impartió Edith Stein en el semestre de invierno 1932/1933 en el Instituto Alemán de Pedagogía Científica de Münster de Westfalia. Los editores de este libro póstumo relatan en una introducción los avatares del texto de Edith rescatado con mejor suerte del Holocausto que su propio cuerpo reducido a cenizas por los nazis. Y de allí, del Balneario de la Virgen, me traje también con ese libro --ya leído-- un recorte publicado en un periódico el pasado viernes 4 de julio que acababa de leer bajo este título: A solas con los pensamientos, seguido en letra más pequeña por un subtitulo no menos llamativo: Las personas aborrecen estar apenas 10 minutos sin nada más que pensar que el abrigo de su mente, hasta el punto de preferir una descarga eléctrica. Se informaba allí mismo de una investigación concienzuda realizada por Timothy Wilson, un prestigioso psicólogo de la Universidad de Virginia, con un grupo de voluntarios sometidos a sus experimentos. Así que pensar, lo que se dice pensar en lo que da que pensar, en lo que importa, es peor que una descarga eléctrica, un castigo, así en España como en la Universidad de Virginia. Y hablar de filosofía es llorar y, por supuesto, lo mismo hablar de educación en casi todo el mundo. El señor Wert no se entera, los padres no se enteran, los alumnos tampoco, ni la Iglesia, ni la escuela. Y crece el paro y la estupidez, y la movilidad aumenta sin ir a ninguna parte. Porque pensar no es un medio de vida, sino vivir responsablemente: un asunto personal, muy personal, es vivir como persona. Ni educar para la vida es preparar para un empleo. Ni hacer la vida es como hacer dinero, ni estar ocupado en lo que importa es ocupar solo un puesto de trabajo, ni siquiera trabajar es ganarse ya por eso un respeto sino un sueldo.

Después de oír lo que siempre se oye por estas fechas sobre la educación en España, sobre la escuela laica --que no es--, pública y gratuita --que tampoco-- ofrezco seguidamente, desde la libertad, unos pensamientos que apenas son pensadillas sobre la educación y el sistema educativo. Nada me gustaría más que contribuir a levantar la moral. Pero eso es imposible si no nos atrevemos a pensar. Ahí van algunas pensadillas o pesadillas, nada especial y casi todas olvidadas de tan sabidas:

--El que todo lo sabe no pregunta nada, en todo caso interroga. Como el profe en los exámenes.

--Lo que se da por pensado no se piensa, ni se sabe lo que se da por sabido.

--Tampoco se pregunta lo que se ignora en absoluto.

--Solo podemos saber aquello por lo que preguntamos, y solo preguntamos lo que nos interesa.

--La envergadura de la pregunta mide la capacidad del aprendizaje.

--No es más sabio el que más habla sino el que más escucha.

--Y hay un método de preguntas y respuestas donde todo encaja.

--Esa caja es un sistema cerrado. Como la escuela, en la que solo pueden hacerse las preguntas que van para exámenes: las que están en el programa y cuya respuesta se halla en el libro de texto, en el cajón del pupitre y en la cabeza del maestro.

--No es la religión fuera de la escuela, ese no es el problema. Ese es el tema del que se habla en los medios...y en los mercados.

--Pero el problema es el método que utilizan todos los clérigos.

--El pueblo soberano no puede ser domesticado. Educar es otra cosa.

--Lo que está en el mundo de la vida, nos guste o no, debería estar en la escuela pública. La discriminación de los contenidos convierte a la escuela en una secta. Y a la escuela nacional en otra iglesia nacional, en un sucedáneo del antiguo régimen.

--El pensamiento libre lo piensa todo libremente. Y si no es libre ya no es pensamiento.

--Un pensamiento responsable lo piensa todo responsablemente. Y si no es responsable ya no es pensamiento.

--El que no es libre para no creer tampoco lo es para creer.

--El que no conoce la Biblia ni por el forro no es más sabio que quien se la traga sin pensarlo dos veces.

Filósofo