En los últimos años se ha detectado un incremento de las autolesiones juveniles coincidiendo con el auge de las redes sociales debido a que las utilizan para difundir el daño que se realizan. Psicólogos y psiquiatras coinciden en que esas lesiones que se infligen es un grito desesperado de socorro que lanzan a la sociedad ante los problemas emocionales y/o de adaptación que padecen. Además, ven a través de las redes la posibilidad de compartir esos problemas y de recibir muestras de apoyo. Pero padres, profesores, psicólogos y la administración deben de intentar poner freno a este auge, responsabilizando también a los gestores de las redes de los contenidos que permiten difundir y que no ayudan a nadie.