El Castillo de Peracense destaca por ser uno de los castillos mejor integrados en el paisaje. Sus muros construidos por piedras rojizas de rodeno pasan desapercibidos para el viajero que transita por el silencioso valle del Jiloca. Desde su atalaya ha sido, es y seguirá siendo testigo mudo y silencioso de la historia de Teruel.

Allí estuvo, en la colocación de la primera traviesa, en Villafranca del Campo, justo a sus pies. Se iniciaba la reforma de la vía ferroviaria entre Teruel y Zaragoza para convertirla en lo que denominaba el entonces Ministro de Fomento, Álvarez Cascos, “Velocidad Alta” (220 km/h), que debería haber supuesto una especie de lanzadera de enlace al AVE con Zaragoza. Era Febrero de 2003. Se afirmaba que sería una infraestructura que costaría al menos ocho años construirla. Ese era el proyecto del Partido Popular. Después PSOE y PP se enzarzaron en si el proyecto era de vía única, sin electrificar o no. Pero lo cierto es, que lo único que se ha hecho por ambos gobiernos es cambiar traviesas de madera por hormigón dejando el mismo trazado, sin aumentar la plataforma de la vía y sin electrificar, con un mantenimiento más que dudoso.

Ese evento que podría haber sido trascendental para sacar de su aislamiento a la provincia de Teruel, no fue el nacimiento de nada sino un auténtico aborto. El Ministerio de Fomento y la Diputación General de Aragón, lejos de tener en cuenta que la provincia de Teruel tiene sus principales relaciones comerciales y turísticas con Valencia, se empeñaba en aislar a la provincia de dónde le dan de comer. Una descabellada lanzadera para un territorio despoblado y sin conexión con Valencia en lugar del Corredor ferroviario que siempre tuvo vocación de ser.

Hoy está claro que el tiempo no ha sido el problema para terminar la infraestructura. Nada menos que catorce años después, seguimos hablando de su mal estado, mientras en ocho años se realizó el Ave Madrid-Valencia al que debería haberse conectado Teruel.

Pero sigamos con las promesas. Con la llegada del Presidente Rodríguez Zapatero en 2004 y su incumplimiento de estudiar el enlace de Teruel al AVE Madrid-Valencia, el PSOE tenía que acallar el descontento de la provincia y anuncian, en el mes junio de ese mismo año, un nuevo AVE Cantábrico-Mediterráneo, 600 kms. de vía mixta viajeros-mercancías (250 km/h), en rueda de prensa conjunta de la Ministra de Fomento, Magdalena Álvarez, y el entonces Presidente de Aragón, Marcelino Iglesias. Corredor que el tiempo ha demostrado que no tenían ninguna idea de empezar.

Dieciocho años de movilizaciones, tres Presidentes (Aznar, Zapatero y Rajoy). Por cierto, los tres han visitado Teruel por las movilizaciones ciudadanas, y dos de ellos se han entrevistado con Teruel Existe (Rajoy escasos minutos…). El que perdió más tiempo en atendernos, llegó a afirmar en su investidura que “iba a hacer el mayor esfuerzo con Teruel”, aunque después demostró que su mayor esfuerzo lo dedicó al Ave Madrid - Valencia ratificando la decisión del innombrable Álvarez Cascos.

Pero volvamos a la Atalaya. Desde la misma, también ha sido testigo del calvario del Sr. Andrés Sánchez de Ródenas, cuando RENFE le vendió accesibilidad para personas de movilidad reducida y se encontró con un tren Tamagochi, retirado de casi todas las líneas de España, teniéndose que subir al tren en los brazos del maquinista y unos viajeros para poder ir a Zaragoza al hospital, mientras el Gobierno de Aragón sigue sufragando un Convenio por el mantenimiento de servicios…. ¿No sólo no nos hacen las infraestructuras sino que además tenemos que pagarlas?. ¿Acaso pagan los Valencianos por el AVE?. Todo un símbolo de esta España Vacía.

Y por último, referirnos a nuestro auténtico protagonista, el Castillo. Resulta que el Ayuntamiento de Peracense lleva ocho largos años esperando a que el Ministerio de Fomento señalice en la Autovía Mudéjar (A-23) su existencia, y todavía hoy no hay ni un triste cartel, ni en la Autovía, ni tan siquiera en la antigua nacional 234.

Así es Teruel y los turolenses, inquebrantables como el Castillo de Peracense, que por mucho que se empeñen seguirán luchando por defender lo que creen que les corresponde por justicia. Por todo ello, pido desde esta tribuna al alcalde de Peracense, que creo que es el propietario del Castillo y a los ciudadanos del Jiloca, izen una bandera, no importa el color ni su insignia, tan grande como la de la plaza de Colón de Madrid para que este territorio, su ferrocarril, los pocos habitantes que queden y su castillo sea visible para el resto del mundo. Como si de un auténtico asedio se tratara. ¡Prepararos turolenses!, volvemos a la batalla.

*Miembro y exportavoz de Teruel Existe