Educación ha decidido no exigir a las familias que disfrutarán de una beca de comedor durante el verano la justificación de compra de alimentos, como ocurrió el pasado verano y que generó un lío ya que los padres debían demostrar el gasto ante el IASS. Estamos hablando de 180 euros por julio y agosto. Y aunque algún sector recela ante la posibilidad de que esa partida no se destine a comida, cualquier exigencia no garantiza la realidad del gasto. Hay que mantener la confianza en la responsabilidad familiar y, en todo caso, como reconoce la FAPAR, los derechos no necesitan justificaciones.