El ciclonudismo es lo único que nos queda en esta Zity autoexpandida. El ensanche de la parroquia de San Pablo, el Gancho, vino a romper las murallas romanas, la ciudad se había quedado pequeña. Y poco a poco, a fuerza de expos y de invasiones que han dado calles con nombres de heroínas y héroes, a fuerza de compravender solares y páramos de cal, hemos tocado por fin el fondo del término, el tope de los amplios exteriores de ZGZ. O sea, por un lado La Muela, que también se ha ensanchado hasta su límite, hasta la plataforma Logística. Entonces, lo que nunca ha conseguido la política, ni siquiera lo ha intentado, es decir, recuperar para el uso civil, comercial, esos terrenos militares, lo va a conseguir la simple economía, la presión inmobiliaria, que es el auténtico motor de la política y de casi todo lo demás. La presión constructora va a arrinconar a las huestes de Bono y de sus sucesores, palmo a palmo, pues los aviones y las tripadas de la OTAN no cotizan tanto como el golf, los adosados y los chalets. Por cierto, que ya podrían inventar los chalets VPO. Esperemos que no dejen minas al azar, que las retiren después de las maniobras, a ver si nos van a estar dando la brasa para que separemos la basura, que hay que hacer un master en reciclaje para distinguir los componentes y sus destinos, a ver si nos va a hacer trabajar y luego las huestes van a dejar esos campos de entrenamiento sin una pasada ecologística. Cada lunes, una palabrita nueva. La ecologística es lo que era la logística antes de inventarse esta palabra, el sentido común, no desperdiciar energías en tontadas. O sea, la bicicleta, cómodo y versátil vehículo que no acaban de aceptar o comprender nuestras autoridades, quizá porque pertenecen a promociones vetustas, que adoran los vehículos a motor de explosión. La propia palabra ya indica un parentesco sospechoso. Lo bueno sería que en vez de esta desmedida afición por la aeronáutica teórica (meras ínfulas y ensoñaciones, por lo que se ve) apostáramos por las fábricas de bicicletas, única tecnología que está más o menos al alcance del entorno. Ya que el capital local, si lo hubiere, no se arranca, lo mejor sería que la GM y/o Opel (según momentos) empezara a fabricar bicis sin parar. Con motorcitos, sin motorcitos. El gentío ciclonudista no sale a tomar el sol, sale a reivindicar ciudades más humanas. La ecología no es sólo inundar las calles de contenedores de colores.

*Escritor y periodista