Reflexiono sobre los múltiples significados que unos y otros dan al bipartidismo y no consigo alcanzar una línea sobre la que hacer transcurrir todos ellos. Quizás exista una norma que desconozco, garantizando al PP y al PSOE ser los únicos partidos que representen mayoritariamente a los ciudadanos. Si es así, debo enterarme para reivindicar que ese no es un buen método, porque la representación debe nacer del voto libre y no condicionado de los ciudadanos.

También es necesario que la democracia sea el instrumento de todos y no que la usen unos pocos para su propio beneficio. Este parece ser el clamor que algunos dicen que existe en la sociedad. Y sobre todo dicen que basta ya de un régimen, el del 78, que nos ha traído hasta aquí, siendo un país tercermundista, carente de derechos y libertades, solo en manos de los poderosos y que nos mantiene a la mayoría oprimidos.

Mi confusión es total, pues sucede que no reconozco nada de lo descrito hasta el momento o quizás esté viviendo en otro país y estoy seguro que no es el caso.

Viví mi juventud en el anterior régimen, si ponemos números el del 36 y si le ponemos nombre, que lo tiene, "Régimen autoritario y dictatorial"; el concepto de libertad, de ciudadano, de derechos humanos y otros muchos existían de los Pirineos hacia arriba; lo de aquí era otra cosa, era dictadura y tragedia. Si las conclusiones me lo permiten luego le pondremos nombre al actual. Me refiero al del 75, si utilizamos la referencia de la muerte del dictador, o del 78 si la que usamos es la aprobación ciudadana de la actual Constitución; Por eso cuando queremos hacer tabla rasa de este último periodo, del que más orgullosos nos podemos sentir los españoles, siento una enorme tristeza.

Confundir lo que supone para los ciudadanos sufrir una crisis, que en esta ocasión es dura y nos obliga a realizar un esfuerzo enorme para volver a recuperar la posición económica que nospermitió un bienestar social que nunca habíamos soñado, es una cosa y poner en tela de juicio el fundamento de la democracia es otra. No entiendo cómo se puede decir que ahora la sociedad debe ser horizontal en el pensamiento y vertical en la posición; cuando el individuo muestra su mayor riqueza es en el sentido ideológico que da significación al modelo de convivencia, por tanto renunciar a la filosofía ciudadana es un grave error porque lo queramos llamar como mejor nos parezca, las personas son de derechas o de izquierdas y así ven la forma de vida que quieren llevar, la más acorde con su pensamiento.

Pero volviendo al centro de mi reflexión, cuando se debate sobre la bondad o maldad del bipartidismo, lo estamos haciendo sobre el propio individuo, ¿acaso no elige con plena libertad aquello que más le convence, según sus propios criterios?, ¿no formó parte del bipartidismo la UCD hasta que el ciudadano decidió que su elección era otra?, ¿garantiza más libertad el cambio de voto o significa simplemente que hay otra idea que le gusta y conviene más?.

Es lógico, legal y normal que nuevos grupos deseen mostrar un camino diferente a los ciudadanos, pero no tengamos la menor duda que estará hecho por un grupo determinado y pregonar que es el lugar común de todos, es una burla a la inteligencia, a un desconocimiento de la persona.

Es fundamental que argumentemos que en una sociedad libre, los ciudadanos participan en el desarrollo democrático, de acuerdo con su propia voluntad, ¿es que alguien va a obligarnos a la cantidad y calidad de participación que debemos llevar a cabo?, otra cosa es que hagamos pedagogía para que se entienda que el presente y el futuro es responsabilidad de todos y por tanto no podemos quejarnos por aquello que ni trabajamos ni aportamos.

Estamos en un momento cambiante. La crisis nos ha abierto esa puerta y por tanto debemos considerar que adecuar nuestro libro maestro a un modelo diferente en las formas, es necesario, pero siempre manteniendo, en este texto que llamamos Constitución la casa todos, cada uno con nuestras características, filosofías e ideología.

Y que por cierto,si queremos llamar régimen a la situación actual llamémosle "Régimen constitucional libre para todos". Esto es lo que tenemos ahora y espero y deseo que con todas las variaciones que se precise en cada momento, sea el que disfruten mis hijos y los de todos, pues desde 1978 yo he vivido libertad y derechos ciudadanos.

Presidente de Aragonex