El consejero de Economía, Francisco Bono, se despojó ayer de su chaqueta de independiente en el Gobierno aragonés y vinculó la mejora del mercado laboral a la estabilidad política. Se atrevió incluso a vaticinar que el descenso del paro en la comunidad superará las 3.000 personas en mayo, aunque sin precisar más porque corresponderá al Servicio Estatal de Empleo dar la cifra a final de mes. Ni siquiera la ministra de Empleo, Fátima Báñez, se ha atrevido en esta campaña a aventurar datos de las oficinas del Inem prevaliéndose de su posición al frente de la cartera. Pero Bono lo ha hecho, olvidando la indolencia con la que analizaba el mercado laboral hace solo un año. Aunque tarde, el consejero ha entrado de lleno en la campaña, sin ambages y con un tono del que se había mantenido alejado durante la legislatura.