Laminada la siempre débil oposición y reprimida violentamente toda manifestación de protesta, para Vladimir Putin quienes se oponen a sus métodos de gobierno merecen el calificativo de traidores o quintacolumnistas. Estos son algunos de los epítetos que se adjudicaron a Boris Nemtsov. Hoy el político opositor está muerto después de que varios balazos acabaran con su vida mientras caminaba cerca de la muralla del Kremlin. Las autoridades han desplegado una amplia panoplia de teorías sobre el motivo del asesinato, incluso las más incongruentes o lesivas de la intimidad de la víctima, pero lo cierto es que el clima de odio, sectarismo e intolerancia difundido especialmente desde los medios públicos hacen posible cualquier atropello, incluido el asesinato. En este clima enrarecido Nemtsov se oponía a la guerra de Ucrania y horas después de su muerte debía encabezar una manifestación contra aquel conflicto. Acostumbrado a una menguante participación en las escasas protestas, la manifestación del domingo y el multitudinario funeral de ayer debió sorprender al Kremlin.