Organismos internacionales como el Fondo Monetario o la OCDE lanzan, cíclicamente, informes de contenido económico con España como protagonista en los que no solo describen situaciones, sino que fieles a los intereses que defienden sugieren o proponen directamente medidas a tomar para corregir lo que subrayan. Uno de los últimos de la OCDE corta el aliento. Anuncia que habrá 76 pensionistas por cada 100 personas en edad de trabajar en 2050, un porcentaje que ahora ronda el 30%. El sistema, aunque ya se va retrasando paulatinamente la edad de jubilación y aumentando los años de cotización, no parece que pueda hacerle frente. Como el plazo se ve lejano, la tendencia puede ser a creer que hay tiempo para buscar soluciones. Hasta se propone que se pueda compaginar tras la edad de jubilación una parte de la pensión y el trabajo, como si las tasas de paro en España permitieran seguir bloqueando los potenciales empleos de los que salen del mercado laboral. La coletilla de los planes de pensiones privados sigue ofreciéndose como alternativa o complemento, sin destacar que un 26% de los trabajadores son eventuales (el doble que la media de la OCDE) y que la capacidad de ahorro con la inestabilidad salarial de la última década deja al alcance de pocos una opción inversora cuyos beneficios se disuelven en las comisiones y gestión de la banca. El Fondo de Reserva (la hucha) ya solo podrá hacer frente a la próxima paga extra y faltan 32 años para el calendario que dibuja la OCDE. Convendría conocer cómo se prepara la travesía.

*Periodista