Los resultados electorales del 25-M han traído ,mes y medio después, que el centro de gravedad de la discusión política no se dé entre la izquierda y la derecha sino dentro de la propia izquierda. Donde antes había una fuerza política mayoritaria socialdemócrata, complementada por una izquierda unida fluctuante a través del "voto útil", ahora hay competencia por su hegemonía; el éxito de Podemos está cuestionando tanto la comodidad de la marginalidad institucional de IU como el confort del establishment socialista. Una y otra formación están en crisis por causas parecidas, la pérdida electoral y el trasvase de votos a una opción política recién llegada, capaz de poner en valor con su refrescante energía ,un discurso cargado de vieja retórica y escasas alternativas creíbles.

Del rechazo a una lista conjunta elaborada en primarias abiertas teorizado por Alberto Garzón (con el argumentario leninista del partido como vanguardia del proletariado) a buscar él mismo, los brazos de Podemos para salvar la crisis de IU, solo han pasado cinco semanas y media, un fiasco electoral y una asamblea de su organización. La leyenda de que el PSOE tenía su suelo electoral en las elecciones generales del 2011 se rompió en mayo, ocasionando la dimisión en diferido de Rubalcaba en el Congreso Extraordinario que se celebrará el 26 y 27 de julio en Sevilla. Llama la atención cómo una comisión ejecutiva federal dimisionaria argumentara su falta de legitimidad para tutelar unas primarias ya definidas por el partido y sin embargo sí puede cambiar en 48 horas el método de elección del secretario general sin debate previo ni aprobación por el comité federal. Considerando que la elección directa de los secretarios generales es un gran avance democrático que deberá aplicarse en toda la organización, la metodología utilizada para forzar los estatutos por la presión de un candidato y algunos medios de comunicación, deja mucho que desear y crea un mal precedente.

Dicho esto, que los afiliados puedan optar entre tres candidatos debidamente avalados, es un ejemplo de participación democrática y un gran paso en la renovación de un partido con tal cúmulo de problemas internos encima de la mesa que parecen inabordables a tenor de las escasas propuestas que se plantean en ese sentido. Porque ese es el objetivo del proceso, conocer cual es su idea de partido, su proyecto organizativo, la cultura militante que lo va a impregnar, sus criterios de renovación y apertura a la sociedad... La estrategia y los contenidos programáticos están ampliamente desarrollados y consensuados en la reciente conferencia de noviembre. Salvo matices y alguna salida de tono buscando agradar los oídos de votantes, los tres hacen suyo el actual programa socialista introduciendo de su cosecha cuestiones de actualidad: república-monarquía, aforamientos reales, las últimas aportaciones de Gallardón a la contrarreforma del aborto, fiscalidad, datos del paro, empleo juvenil...

Cuando se llega a las propuestas para hacer la renovación interna, es tal la sequía de ideas entre los más avalados, que solo puede justificarse en la clave de no incomodar a los aparatos territoriales que les han apoyado; el escueto mensaje de "abrir físicamente las sedes del partido" de Pedro Sánchez, lo amplían los otros dos candidatos planteando limitar los mandatos en el partido y en el gobierno y realizar las primarias abiertas conforme a lo aprobado por el anterior congreso, solo Pérez Tapias propone hacer consultas abiertas a los militantes sobre cuestiones relevantes ó cambios significativos en los compromisos electorales y dedicarse solo a la dirección del partido. La recogida de avales demuestra que existe una pugna interna del aparato para seguir controlando el partido al más puro estilo de la novela El Gatopardo donde sabían muy bien que para conservar hay que cambiar.

SE EQUIVOCAN aquellos que quieren convertir en un problema generacional, que también lo es, la falta de credibilidad y desafección de muchos de nuestros votantes .La crisis del socialismo español no se resuelve con mucho márketing y telegenia, abundantes ocurrencias y un radicalismo verbal impostado. Sin discutir las causas que nos han llevado al Congreso, las razones de la caída electoral en las europeas y la oposición realizada, difícilmente podremos plantear estrategias nuevas no implicadas en anteriores etapas ni conectadas con aparatos mediáticos y grupos de presión económica que nos demandan los ciudadanos.

Dice José Maria Maraval en El control de los partidos que "los partidos, aunque nacieron como vehículos de participación popular y muchas constituciones los definen como tales, se han convertido con frecuencia en maquinarias dominadas por oligarquías guiadas por sus propios fines. Es decir, se ha reforzado su carácter de armas organizativas, instrumentos para la competencia y el poder, más que mecanismos que sirvan para controlar a los políticos".