Aunque todos los expertos coinciden en que ninguno de los problemas de Oriente Próximo, del mundo árabe ni, por supuesto, el contencioso con Irán se resolverán sin lograr avances importantes en la cuestión palestina, la prensa occidental parece haberse olvidado del asunto. El que Le Figaro le dedicara el miércoles su primer editorial es un hecho excepcional. Que tal vez también puede entenderse por el interés de la presidencia francesa, recientemente renovado con la visita de Nicolas Sarkozy a Irak, de jugar un papel relevante en esa zona en la que desde hace más de un siglo la diplomacia de París ha estado, de una u otra manera, muy presente.

Y es que el editorial de Le Figaro, un diario siempre fiel al espíritu tan poco proamericanista de la derecha francesa, se limita a criticar la política estadounidense al respecto: "La esperanza que había despertado el discurso que Barack Obama pronunció en El Cairo el 4 de junio se ha desvanecido en menos de seis meses. En ausencia de una orientación diplomática clara por parte de EEUU, israelís y palestinos han vuelto a una espiral de acciones unilaterales que solo puede agravar las tensiones. Hasta el diario israelí Haaretz dice que Binyamín Netanyahu se aprovecha de la "debilidad del presidente norteamericano. Da la impresión de que Obama ha perdido el control de la situación". Casi faltaba añadir que Sarkozy puede llenar ese hueco.

Otra de las raras aportaciones occidentales al debate sobre Oriente Próximo la hacía el domingo pasado Andrew Sullivan en el Sunday Times. Y no muy lejos de la línea de Le Figaro, aunque en este caso no negando la posibilidad de que el panorama cambie a medio plazo: "Desde que llegó al Gobierno, el objetivo de Netanyahu ha sido muy simple: neutralizar la presidencia de Obama. Y en estos primeros meses, ha logrado una clara y decisiva victoria táctica. Israel, por ahora, gana y parece dispuesto incluso a humillar al nuevo presidente. Un pequeño país, que cada año recibe tres millones de dólares de EEUU, es capaz de anular el primer movimiento decisivo de su presidente en Oriente Próximo".

Se diría que hasta esto le está saliendo mal a Obama. Esta semana, la prensa norteamericana le acusaba de haber vuelto de Pekín con las manos vacías. En esos mismos periódicos, se consolida la sensación de que el anunciado y muchas veces retrasado plan de acción en Afganistán no va a servir para mucho. "Obama ha fallado al mundo en el cambio climático", decía el jueves el semanario alemán Der Spiegel.

Pero en medio de ese coro de acusaciones, llama la atención la posición distinta de algunos diarios de Oriente Próximo, para los cuales Obama no es el único culpable del fracaso en el contencioso palestino. Justamente un diario palestino, Al Hayat Al Yadida, ha escrito: "A la vista de que el campo de la paz se ha reducido prácticamente a la nada y de que los regímenes árabes enrocados en el poder logran el apoyo de las masas para mantener el statu quo, cabe preguntarse si alguien quiere la paz en Oriente Próximo. Todo parece indicar que solo fuera de nuestra región se piensa en la paz. El clima de guerra que hay en la zona ha reducido a la nada el optimismo que suscitó la llegada de Obama a la Casa Blanca".

No menos claro lo decía el miércoles Rami G. Khouri en el diario libanés Daily Star: "Poco a poco, el mundo se ha cansado de los palestinos, al menos en lo que a su quehacer político se refiere. Y también el mundo árabe. Hace algunos años, miles de personas habrían marchado por las calles de El Cairo para apoyar a los palestinos contra las políticas de ocupación y colonización de Israel. Esta semana, los egipcios han salido a la calle a apoyar a su equipo de fútbol antes del partido para el Mundial contra Argelia. La colonización y los crímenes de guerra de Israel siguen ahí, pero escapan a la atención política por la incompetencia de los dirigentes palestinos".