La Segunda División parece una cosa en agosto, otra en septiembre, una distinta en otoño e invierno, vuelve a cambiar cuando se acerca la primavera y no se define totalmente hasta las últimas jornadas. Es la consecuencia de la igualdad.

Hasta el momento ha parecido que el Alavés ha dado con la manera de sacar resultados con constancia. Antes, que Osasuna o Córdoba tomaban cuerpos de ventaja. Sin embargo, ahora están ahí, a tiro de piedra del Real Zaragoza, que escaló hasta el segundo puesto y se precipitó después. Lluís Carreras pareció dar con la salida a este laberinto de vaivenes ante el Leganés. Si mañana gana en El Arcángel, el equipo se quedará a tres puntos del Córdoba y estará a tiempo de todo. Y de nada. Pero de todo, también.