Seré breve. Podría serlo aún más. Si yo fuera OPS o El Roto resumiría la situación a día de hoy en un mapa de España todo en negro. Piel de toro convertida ya en tejido sin vida. Sobre ella tres letras: RIP. Hay una película titulada Hoy empieza todo. Cosechó elogios en su momento. Pero hoy, empieza otra cosa. Hoy se certifica algo de lo que no dejaremos de arrepentirnos, como sociedad, en este no futuro al que nos empujan decisiones de políticos de palabra tan fácil como infiel. Quienes hace apenas un telediario no cesaban de repetir que en este panorama crítico que vivimos había cosas intocables por su radical importancia, entre las que se encontraba la educación, acaban de guillotinar toda esperanza. Decían que la educación era garantía de futuro. Exclamaban que la educación era savia para una sociedad desarrollada. No cesaban de repetir que invertir en educación era apostar por la salida del túnel de la crisis. Hoy todo eso yace enterrado. Por decreto declaran el estado de desguace nacional. Y lo peor es cuando pretenden convencernos de que esa batería de medidas en educación no afectaran a la calidad educativa y que son, apenas, un pequeño sacrificio que se nos pide a los docentes. Primer error... o mentira: ese sacrificio no se nos pide, se nos impone y se nos impone no solo a los docentes, se impone a toda la sociedad española a la que, a golpe de medida decretada, le expropian el futuro. Al afirmar que la educación no ha de resentirse o mienten o, no sé si peor aún, reconocen su plena ignorancia y/o desprecio hacia la educación y hacia una sociedad que requiere que nadie le niegue la posibilidad de porvenir.

Y si miramos lo que nos rodea el desánimo airado no hace sino aumentar. Recortes en educación en un país cuyos clubes de fútbol, intocables, deben 700 millones solamente a Hacienda, que somos todos, ¿recuerdan?. En un país donde un presidente de diputación puede despilfarrar el dinero público en un aeropuerto para las personas, pero no para los aviones (¿cuánto nos cuesta su capricho?) En un país donde la Iglesia Católica se ve libre de determinadas, o todas, obligaciones fiscales. En un país donde desde el Ministerio de Educación y algunos gobiernos autónomos ponen el grito en su cielo por lo que ellos consideran ultrajes a la nación: postularse en contra de la mal llamada fiesta de los toros. Se recorta en educación, pero se mantiene la enseñanza de la religión en la escuela pública con profesores designados por la Iglesia y pagados por todos. Ya que estamos en esto: ¿Alguien sabe cuánto nos cuesta mantener esa asignatura y sus forzadas alternativas? Se guillotina la educación, pero seguimos gastando dinero en pruebas de diagnóstico que certifiquen que la educación española está aún lejos de alcanzar los niveles de países a los que envidiamos. Y desde esas pruebas, muchas de las cuales son encargadas a empresas privadas que sacan no poco provecho de ello, se nos exige a los centros que elaboremos y apliquemos planes de mejora. Es como si usted fuera al médico, le hiciera un diagnóstico, le marcaran el tratamiento para superar sus dolencias y a continuación le dijeran que se siente, pero no hay dinero para ese tratamiento.

Carta breve para un largo adiós que tiñe el verde esperanza de un negro tiniebla. Hoy empieza qué. Hoy empieza la vuelta atrás, el retroceso, el camino de regreso a la ignorancia y al sometimiento crédulo. Hoy el que inventen ellos unamuniano puede ser reemplazado por un que se eduquen ellos, que a nosotros nos basta con el catetismo nacional.

Director del I.E.S. La Azucarera.