Que el consejero de Sanidad, Sebastián Celaya, admita la existencia de atascos en los servicios de urgencias de los hospitales aragoneses es un primer paso en la búsqueda de soluciones, pero su insistencia en que se ha reforzado el personal cuando los trabajadores dicen que no, plantea incertidumbres sobre la dotación de los servicios. El hecho es que se están viviendo jornadas caóticas en algunos centros, posiblemente relacionadas con las vacaciones. Pero la planificación exige que estas circunstancias se prevean. Y la gripe no es excusa ya que acude puntual a su cita .