Cita cancelada. Trump planta a Kim Jomg-un por miedo a que el norcoreano le deje compuesto y sin novio antes de su anhelado encuentro del 12 de junio. Las últimas amenazas de Piongyang de que podría no acudir, las críticas cada vez más frecuentes del gobierno de Kim al americano (especialmente, después de que el vicepresidente estadounidense, Pence, advirtiera de que si no se llegaba a un acuerdo de desnuclearización, el imperio Kim podría terminar como el del depuesto líder libio, Gadafi), han dado al traste con el tan esperado meeting. Singapur ya es historia. Así se lo ha comunicado el Trump-oso al gorila Kim Jomg, y no por tuit sino mediante una romántica carta en la que le expresa su rabia ante la hostilidad abierta por los norcoreanos. De poco ha servido la «bienintencionada acción» de Corea del Norte, «la demolición por completo» de su centro de pruebas nucleares. EEUU no ha entendido ese gesto como un intento norcoreano por enmendar errores y demostrar a la comunidad internacional su cambio de actitud hacia la desnuclearización total. Pero no ha comprendido ni ayer, ni lo hizo hace dos meses. Cuando el líder norteamericano anunció sorpresivamente su encuentro a bombo y platillo, la quedada bilateral tenía visos de no concretarse. Sonaba más a postureo yanqui que a realidad factible. ¿Aplazamiento hasta que los norcoreanos entren en razón y «trabajen un diálogo constructivo», como exige Trump? Quién sabe con un bipolar de manual. De momento, un ciao chochín es lo que hay.H

*Periodista y profesora de universidad