En los cien días de presidencia lambaniana hay claros, oscuros y esos paisajes inciertos en los que uno no sabe si amanece (que no es poco) o se hace de noche. Por encima de todo ello flotan las incertidumbres y los misterios. Para empezar, no es fácil hacerse a la idea de cómo logrará el dúo esencial del Gobierno aragonés, Lambán-Gimeno, enderezar las cuentas e ingresar dinero suficiente para contentar a quienes han ido, desesperados, a pedirles árnica: la universidad, los proveedores, las entidades concertadas, la sanidad, la enseñanza, la acción social... Mal que nos pese a Echenique y a todos los demás, la herencia no ha sido mala sino peor. Incluso para un administrador tan creativo, tan echado p'alante y tan desprejuiciado como el actual consejero de Hacienda.

Pero tras este dramático primer plano hay más cosas curiosas o indefinibles. Por ejemplo, los nombramientos de cargos... o la ratificación de quienes ya los ocupaban. Que el aparato más afecto al secretario general del PSOE-Aragón (o sea, al propio Javier Lambán) haya entrado por la puerta grande a las direcciones generales, secretarías generales técnicas o jefaturas de gabinete no debe sorprender a nadie. Era de esperar. Tampoco supone mayor novedad que los consejeros, una vez designados por la alta voluntad presidencial, hayan visto cómo les disponían sus respectivos equipos de acuerdo con la misma voluntad, y sin tenerles demasiado en cuenta (salvo excepciones). Hasta aquí, lo normal. Sin embargo, se ha producido otro fenómeno muchísimo más morboso: la permanencia en sus cargos de personas vinculadas al PAR, sobre todo en el área del medio ambiente y el agua, aunque también en otras. ¿Qué extraños vínculos existen todavía entre socialistas y regionalistas después de que estos hayan estado durante cuatro años amañados con el PP y hoy actúen como oposición?

Hay mas misterios, claro. Sobre todo los relacionados con los institutos y las sociedades públicas (incluida la radio-televisión). ¿Piensa el Gobierno socialista meterle mano de una vez a ese ruinoso y oscuro tinglado? ¿O no? Y Podemos... ¿qué opina de esto?