La semana pasada lanzaron sus promesas al cielo de los convencidos la vicepresidenta Fernández de la Vega, el presi local Marcelino Iglesias y el alcalde zaragozano Juan Alberto Belloch. Mensaje PSOE, sin duda. Estuvieron muy suyos aunque ante un respetable convencido de antemano. Los votantes sin carnet no acudieron, y no es ello lo peor, sino que la tendencia llegue hasta el 2007, acollonados como están los sufridos ciudadanos ante un futuro más que nublo. Nada se habló de Cataluña y el Estatut, ni de Euskadi o los impuestos, la especulación del suelo o las rebajas fiscales a grandes empresas de la construcción (supongo que ya ganan lo suyo). El alcalde de la ciudad lanzó una sentida soflama contra algunos medios de comunicación en los que no ha mucho colaboraba (de sabios es rectificar), mientras que Marcelino actuó en plan encefalograma plano, un presidente que no cumple con su palabra, luego asunto peligroso, porque políticamente puede jugarse a flautista de Hamelín pero cuando personalmente se falla el asunto es más grave (tal vez porque sus asesores comienzan a dar síntomas de cansancio). La Vicetodo encandiló, aunque las mismas palabras repetidas en todos los sitios y situaciones comienzan a desvanecer ilusiones. Como resumen del acto viernerino, la mañana sabatina, esa mascota puro ET, mi casa, mi teléfono, sin nombre, horrible, fea imagen Expo. Todos contentos entonaron un feliz futuro que remitía a la estratosfera, a pura ciencia ficción. ¡Ojo, presidente Iglesias, que corren malos tiempos para la farsa!

*Profesor de Universidad