Miles de zaragozanos participaron ayer en la celebración del patrón de la ciudad, San Valero, en el acto de degustar el tradicional roscón, que desde hace casi un cuarto de siglo organiza EL PERIÓDICO. Si el refrán habla de San Valero como un día "rosconero y ventolero", ayer solo se cumplió una parte y el cierzo dio un respiro, permitiendo que una fiesta tan concurrida se disfrutara agradablemente en una plaza del Pilar abarrotada. Más de 20.000 raciones de roscón y chocolate caliente fueron recibidas por los zaragozanos con aire de fiesta, en un programa que incluía también la visita al ayuntamiento o a la Lonja y distintos juegos para los más pequeños. La jornada de puertas abiertas siempre supone el contacto de los ciudadanos con la casa consistorial y la simbología que envuelve a la sede del poder municipal.