La Federación de Padres de Alumnos de Aragón denuncia nuevos recortes en pleno proceso de escolarización, con el cierre de unidades y la generalización de mayores ratios de alumnos por aula. A unos días de la campaña electoral urge que todos los partidos expliquen qué pretenden hacer para eludir estos ajustes que según las familias merman calidad a la enseñanza soportada con fondos públicos. No es descabellado pensar que estos tijeretazos no responden al capricho y al arbitrio de la consejera Serrat (en este país nadie se inmola públicamente) sino a una creciente tensión del erario público que no ha hecho más que empeorar esta legislatura pese a los supuestos ahorros. El compromiso por una educación pública de calidad debería ser unánime, y quien pida el voto debería explicar cómo va a conseguir ese objetivo.