Demasiadas prisas para aligerar en pleno mes de agosto la plantilla de la empresa adjudicataria del servicio público de autobuses en Zaragoza. Curiosamente con la ciudadanía en plenas vacaciones y hasta con los responsables políticos de la ciudad, como la teniente de alcalde de Movilidad, Carmen Dueso. La situación, una vez confirmados los 153 despidos, se va tensando y en el horizonte planean movilizaciones que, como siempre, afectarán a la calidad del servicio y a los usuarios. Pero como ciudadanos también los zaragozanos contemplan estupefactos el cambio de propiedad de la empresa concesionaria y la coincidencia con la ejecución previa de los despidos. El hecho de que los representantes municipales y el propio comité conocieran el preacuerdo de venta en plenas negociaciones solo hace que añadir recelos.